Se casaron en contra de la opinión de Rainiero y Grace Kelly, lo que solo consiguió añadir un poco más de interés a la historia de amor del playboy y la joven princesa. Philippe Junot se convertía en 1978 en el primer marido de Carolina de Mónaco, 17 años más joven que su pareja.
Fue una ceremonia por todo lo alto celebrada en capilla palatina de San Juan Bautista y que reunió a más de 600 invitados. Este matrimonio duró dos años y el tiempo terminó por darles la razón a los padres de la novia, que desde el principio dudaron del futuro de la pareja.
Se rumoreó que el final de la relación llegó a causa de una infidelidad del empresario, pero nunca se llegó a confirmar. Más de diez años tardaron en conseguir la nulidad (el divorcio fue mucho más rápido), motivo por el que Carolina no pudo casarse por la iglesia con Stefano Casiraghi, padre de sus tres hijos mayores.
La pareja separaba sus caminos y cada uno rehacía su vida, aunque la fama de conquistador seguía acompañando a Phillipe.
En octubre de 1987 se casaba con Nina Wendelboe-Larsen, un matrimonio que duró diez años y fruto del cual nacieron sus tres hijos mayores: Isabelle, Victoria y Alexis. Precisamente durante la boda de Isabelle con Álvaro Falcó se produjo un curioso encuentro, ya que Philippe y Marta Chávarri, madre del novio, mantuvieron un sonado romance en 1996.
Esto, que podría parecer una situación un tanto incómoda para las familias, al parecer fue vivido con la mayor de las naturalidades por ambas partes, tal y como lo confirmaba Isabelle durante su participación en MasterChef Celebrity. “Es bastante curioso y gracioso”, terminaba reconociendo la joven ante la insistencia de sus compañeros. “Ya se habían reencontrado varias veces antes. Nos reunimos mucho en Madrid, comidas, cenitas, todos juntos. Todo fluye”.
La última relación conocida de Phillipe, que ahora tiene 83 años, fue con la modelo sueca Helen Wendel, con la que tuvo a su hija Chloe en 2005. Ahora el empresario lleva una vida tranquila, viaja habitualmente a España, aunque vive en Cannes, de donde es parte de su familia. Mantiene una estrecha relación con sus hijos y ya está jubilado. Durante mucho tiempo vivió de sus negocios inmobiliarios, entre París, Nueva York y Marbella.
A pesar de que su vida laboral siempre ha sido muy intensa, ha sido su vida personal la que más páginas ha llenado en las revistas, sobre todo sus ganas de disfrutar de la vida y del tiempo libre. Siempre ha estado muy bien considerado, pertenece a una importante familia de la alta burguesía parisina y nunca le importó lo que se decía de él.
Hace tiempo que esa vida de ocio nocturno, fiestas y romances quedó a un lado, dando paso a un hombre de familia que está centrado en compartir tiempo de calidad con sus hijos, con quienes parece llevarse estupendamente.