Así es la catedral de Chester, el lugar donde el Duque de Westminster se casará el 7 de junio

El 7 de junio todas las miradas estarán puestas en la catedral de Chester, porque es el lugar que han escogido el duque de Westminster y su prometida para dar uno de los pasos más importantes de su vida y convertirse en marido y mujer. 

Esta boda es una de las más esperadas del año, no solo porque uno de los hombres más ricos y poderosos de Gran Bretaña abandona la soltería, también porque la celebración promete reunir a lo más granado de la aristocracia británica. Un enlace en el que se esperaba la presencia de la familia real, algo que quedará en el aire hasta el último momento por cuestiones de salud. 

No es el mejor momento para los Windsor, que han visto como en muy poco tiempo, dos miembros destacados de la familia eran diagnosticados de cáncer. La salud de Carlos III, recién coronado Rey, y de su nuera, la princesa de Gales, no pasa por su mejor momento, por lo que la presencia de la familia en la boda no está asegurada. 

A pesar de ello, Hugh Grosvenor y Olivia Henson esperan poder disfrutar de su gran día, que comenzará con el ‘sí, quiero’ en la catedral de Chester y seguirá con las celebraciones en la cercana mansión familiar de Eaton Hall.

La catedral de Chester, donde el Duque de Westminster se casará el 7 de junio

La catedral de Chester se encuentra en la ciudad del mismo nombre, un lugar de origen medieval, pero cuyo corazón es victoriano, pues la mayoría de sus edificios fueron restaurados inspirándose en la madera medieval y en los edificios de origen Tudor blancos y negros, que se han convertido en el distintivo del lugar. 

Esta catedral es de culto anglicano y sede de la diócesis de Chester desde 1541, solía ser una abadía benedictina y se cree que ha tenido una orientación religiosa desde la época romana y la prehistoria. A lo largo de los años, ha ido cambiando y evolucionando, hasta combinar varios estilos arquitectónicos ingleses; en el siglo XIX se encontraba en muy mal estado, pero, como pasó con muchos de los edificios emblemáticos del lugar, pudo ser restaurado, en su caso inspirándose en la arquitectura victoriana y no en el románico gótico de su origen. 

El exterior del edificio es de piedra arenisca, lo que le da un toque rojizo, pero es su interior lo que bien merece una visita, porque además está abierta al público y es posible visitarla, de hecho cuenta también con visitas guiadas, para quienes quieran conocer más a fondo la historia que rodea a este emblemático lugar. También se celebran en su interior conciertos y exposiciones de manera puntual. 

Más allá de su exterior, de sus vidrieras y su amplio espacio interior, lleno de detalles religiosos, merece la pena destacar su campanario, desde donde se pueden observar unas impresionantes vistas panorámicas de la ciudad y donde los amantes de las aves tendrán una experiencia privilegiada, pues permite observar el vuelo de las aves de presa que sobrevuelan el templo.