Durante meses, el rey Juan Carlos estuvo preparando su renuncia, que se vio acelerada por la situación política y social del momento, así como otros factores que afectaban directamente a la Casa Real. La imagen del monarca no era la mejor en ese momento y se tomó la decisión de agilizar los trámites para que su hijo, Felipe VI, tomara el relevo.
El 2 de junio de 2014 se hacía pública la decisión y la vida de quien había sido el Rey de todos los españoles durante 39 años cambiaría radicalmente. Un reinado lleno de luces y sombras que llegaba a su final y daba paso a una nueva vida, en la que don Juan Carlos ha optado por alejarse de la vida pública e institucional.
Esta abdicación supuso un paso a un lado de sus funciones institucionales, que abandonó definitivamente en 2019. Aunque esto sea así, continúa teniendo el título de rey, aunque ahora es honorífico (por mucho que nos empeñemos en llamarle emérito, término que nunca han empleado desde la institución), y es capitán general de las Fuerzas Armadas en la reserva.
Poco tiempo después, Juan Carlos I tomaba la decisión de poner tierra de por medio y en 2020 se conocía su decisión no solo de dejar España, también de mudarse a Emiratos Árabes Unidos. "S. M. el Rey Juan Carlos ha indicado a la Casa de Su Majestad el Rey que comunique que el pasado día 3 del presente mes de agosto se trasladó a Emiratos Árabes Unidos, donde permanece en la actualidad", rezaba el comunicado de Zarzuela.
Desde entonces, Abu Dabi se ha convertido en su hogar, allí celebro una gran fiesta por su 86 cumpleaños, gracias a la cual se han podido conocer algunos detalles más de la villa en la que reside en Zaya Nurai, una isla artificial a la que se accede por barco o helicóptero. Una residencia de 1.700 metros cuadrados que se distribuyen en dos plantas y que cuenta con acceso a playa privada.
Allí, el monarca lleva una vida tranquila y discreta, según se recoge en el libro Juan Carlos, el rey en el desierto, de Alejandro Entrambasaguas. Por las mañanas lee la prensa, sobre todo la económica, y dedica bastante tiempo al ejercicio físico, también a mantener el contacto con sus familiares y amigos, con los que tiene largas conversaciones. Suele compartir almuerzos con algunos visitantes, pero le hace especial ilusión recibir a sus hijas, que no han dudado en acudir a verle en varias ocasiones (la infanta Elena viaja allí cada dos meses).
Gesto que el monarca ha correspondido, pues no faltó su presencia en el 60 cumpleaños de su hija Elena. Ha regresado también a España para poder disfrutar de una de sus grandes pasiones, la vela. Hasta en cuatro ocasiones se ha dejado ver en Sanxenxo y algunas también en Madrid. Se ha sabido que ha viajado a Londres y París y no faltó al funeral del rey Constantino en Grecia.