Carlota de Mónaco siempre ha sido el centro de todas las miradas. Su belleza natural y su estilo a la hora de vestir la han convertido en la heredera que todo el principado esperaba encontrar tras la muerte de Grace Kelly, un espacio que Charlène nunca pareció llenar y que Carolina estuvo ocupando. 

Ahora que su hija ha alcanzado la madurez, parece que ha llegado el momento de darle el relevo, porque por fin Carlota se muestra cómoda ocupando esa posición, teniendo ese protagonismo del que tanto tiempo huyó. 

Ella siempre intentó mantenerse al margen, buscó su propio camino, dejó de lado el aspecto más frívolo de las apariciones públicas inevitables para los Grimaldi y optó por cultivar su lado más intelectual, estudió periodismo, puso todos sus esfuerzos en la equitación, una de sus grandes pasiones, y también se dejó seducir por la filosofía, su otro amor. 

Ahora parece que ha tomado la decisión de dar un paso al frente y emplear su gran elegancia para dar mayor visibilidad a las causas que considera adecuadas. Estas son muy variadas, desde ejercer como moderadora en un coloquio sobre la relevancia de la mujer en la cultura, a dejarse ver en la Gala MET que homenajea a quien fuera su amigo Karl Lagerfeld. 

Tampoco dudó en su momento en apoyar al que fuera su marido, Dimitri Rassam, en sus últimos proyectos, consiguiendo que algunas de las últimas películas en las que ha ejercido como productor obtengan un poco más de atención por parte de los medios.  

El cine es el negocio familiar de la familia de Dimitri Rassam, su madre es la actriz Carole Bouquet y su padre, Jean-Pierre Rassam, también era actor y productor de cine, profesión que comparte su hijo. Dimitri nacía en 1981 y en 1985 Jean-Pierre era hallado muerto en una habitación del Hotel Plaza Athénnée. Se dijo que podría haber sido una sobredosis o un suicidio, pero Bouquet siempre negó ambas posibilidades. 

A pesar de no haber podido compartir demasiado tiempo con su padre, parece que su amor (sumado al de Carole) influyó en el destino de Dimitri, quien poco a poco ha ido haciéndose un nombre en el sector, consiguiendo proyectos cada vez más ambiciosos. Con El Principito consiguió un premio Cesar, uno de los más prestigiosos de la cinematografía francesa. 

En L'immensità ha trabajado junto a la española Penélope Cruz, y también se ha encargado de la producción de una nueva revisión del clásico Carmen, dirigida por Benjamin Millepied (coreógrafo para Cisne Negro y recientemente separado de Natalie Portman) y protagonizada por Paul Mescal. 

Sin embargo, uno de sus mayores éxitos ha sido Los tres mosqueteros: D'Artagnan, todo un éxito en taquilla y con un reparto lleno de intérpretes de renombre, como Vincent Cassel, Eva Green y Romain Duris, y de la que se estrenará una segunda parte. 

Esta pasión por su trabajo podría haber sido una de las causas del fin de su matrimonio con Carlota Casiraghi, según contó una fuente cercana a la familia y se recogió en la publicación 'Point de Vue': "Dimitri, que se ha convertido en uno de los mayores productores franceses, pasa su tiempo trabajando. No tenían vida familiar y era pesado para ella".