Poco después de cumplir su primer aniversario de boda, el heredero al trono Hussein y la princesa Rajwa han dado la bienvenida a su primer hijo en común, lo que implica que los reyes Abdalá y Rania de Jordania ya son abuelos. La casa real hachemita ha sido la encargada de anunciar la gran noticia a través de sus perfiles públicos, donde han desvelado el sexo y el nombre del bebé: "El príncipe heredero llama al oído a su hija recién nacida, la princesa Iman Bint Al Hussein. Que Allah le bendiga y le conceda paz".
Con este nombre, el matrimonio ha rendido homenaje a una de las hermanas del príncipe. Imán es la segunda hija de los reyes y tiene 27 años. Se casó en marzo de 2022 con Jameel Alexander Thermiotis, un millonario venezolano dos años mayor que ella y de origen griego, en una íntima boda a la que acudieron 150 invitados. Más allá de la unión familiar, que habrá tenido un gran peso a la hora de elegirlo como nombre, Imán es un término árabe que significa "líder, autoridad y ejemplo".
La reina Rania no ha dudado en mandar un mensaje tras la noticia del nacimiento de su primera nieta: "Alabado sea Dios por sus mayores dones. Has iluminado nuestras vidas con una nieta. Felicidades Hussein y Rajwa y que Dios llene vuestras vidas de bendiciones y satisfacciones". Tampoco se ha quedado atrás el rey Abdalá, que ha reiterado las palabras para mandarle a su hijo los mayores deseos por la familia que acaba de formarAlabado sea Dios que nos ha dado nuestra primera nieta, Iman Bint Al Hussein. Felicitado a mis queridos Hussein y Rajwa por su niña".
Una de las curiosidad es que han pedido que el importe de los regalos que los miembros de la familia real quieran hacer a la recién nacida sea donado a la fundación de huérfanos de Amán, un bonito gesto que han decidido tener en este gran momento para la familia.
Habrá que esperar para ir conociendo más datos de esta bebé que acaba de nacer y que ya forma parte de la familia real. Sin embargo lo que sí sabemos es que la primogénita de los príncipes nunca podrá formar parte de la sucesión al trono, tal y como indica la ley sálica de la monarquía árabe, que impide que una mujer pueda ser la titular de la corona.