Hace tiempo que Marta Luisa de Noruega y Durek Verrett anunciaron sus planes de pasar por el altar, una celebración que han ido posponiendo por diversos contratiempos. Se comprometieron el 7 de junio de 2022, pero había que esperar hasta septiembre del año siguiente para que la Casa Real anunciara la fecha del enlace: el 31 de agosto de 2024.
Un evento que llena de felicidad a la pareja, que no ha querido escatimar en gastos y está planeando una celebración por todo lo alto, con cuatro días de eventos para que todos sus invitados puedan disfrutar con ellos de este viaje, incluso aquellos que tendrán que desplazarse desde Estados Unidos.
Se espera que la boda esté llena de momentos mágicos, pero también que se ajuste a las peticiones de la pareja, que ha establecido un férreo dresscode para cada acontecimiento, entre otras exigencias, para que todo salga perfecto.
El jueves 29 de agosto comenzarán los primeros encuentros organizados por los novios, una fiesta bajo el nombre 'Meet and Green' que se celebrará en el patio trasero Hotel 1904, uno de los seleccionados por los novios para alojar a gran parte de los invitados, aunque también han reservado otros hoteles de la zona, aunque los gastos corren a cargo de los invitados, como es habitual. Para este día, los novios han solicitado que el estilo de la vestimenta sea ‘sexy y genial’.
El viernes el ritmo no decae y la pareja tiene planeado un crucero, un espectacular paseo en barco por los fiordos noruegos, en concreto el fiordo de Geiranger, una escapada que durará unas tres horas y que no será el único evento del día, pues más adelante habrá una cena preboda en el hotel Union. Se ha pedido a los invitados que lleven vestido de baile ellas y traje ellos.
El sábado es el gran día, una boda que estará oficiada en dos religiones diferentes, la protestante, mayoritaria en Noruega, y la del Nuevo Pensamiento del Centro Espiritual Internacional Agape en Beverly Hills. Se espera que las mujeres vistan de largo, pero ni de blanco, ni de rosa, ni de dorado, ni completamente de negro; en el caso de los hombres, el esmoquin es la norma. A los invitados estadounidenses se les ha puesto como ejemplo la alfombra roja de los premios Oscar, a los europeos, las cenas de gala.
Se espera que después del banquete haya una fiesta posterior, pero esta no es la última de las celebraciones. El domingo habrá un brunch que servirá de despedida antes de que cada invitado regrese a su casa. Durante esos días de festejos, los novios han pedido a los invitados que no hagan fotografías ni compartan imágenes de la celebración, será el fotógrafo oficial el único que pueda recoger instantáneas del momento.
La novia mantiene el misterio alrededor del vestido que llevará, pero aunque ha declarado estar un poco estresada por los preparativos, no parece preocupada. “Todo estará bien”, decía en HeartSmart Conversations, el pódcast que tiene con unas amigas. “Una vez que llegue allí, incluso si todo sale mal, todo estará bien, porque no me va a importar si algo sale mal o si las cosas no salen como lo planeamos. De todos modos será maravilloso, porque Durek y yo nos casaremos”.