Letizia, Mary Donaldson y Máxima de Holanda: las joyas más espectaculares de las reinas europeas
Las joyas más espectaculares de Maxima Zorreguieta, Letizia Ortiz y Mary Donaldson son en su mayoría piezas heredadas de las casas reales a las que pertenecen
Uno de los joyeros de más valor es el de la casa Orange Nassau y Maxima no duda en lucirlas siempre que la ocasión lo permite
El origen de las tiaras reales más caras de Europa: de la Flor de Lis a la prusiana con la que se casó la reina Letizia
Broches, collares, pendientes, tiaras… Las joyas más espectaculares de la realeza europea son en su mayoría piezas heredadas de las casas reales a las que pertenecen y algunos regalos personales que han recibido desde que contrajeron matrimonio con los que, por entonces, no eran más que príncipes herederos de la corona de sus respectivos países.
El de más valor, a la altura incluso del joyero de la corona inglesa, es el de la casa Orange Nassau, muchas de cuyas piezas han pasado a manos de Maxima de Países Bajos que no duda en lucirlas siempre que la ocasión lo permite. Las joyas de las familias reales de Dinamarca y España ocupan el cuarto y sexto puesto respectivamente, con joyas tan especiales como la tiara ‘Flor de Lis’ de Letizia o la tiara ‘Imperial’ de Mary de Dinamarca.
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Las joyas más espectaculares de Maxima Zorreguieta
Aunque Maxima de Países Bajos posee una colección de tiaras impresionante, una de sus joyas más espectaculares y de mayor valor es la tiara Stuart y solo puede disponer de ella en fideicomiso, porque su propiedad pertenece a la Fundación Orange-Nassau que vela porque el conjunto de las joyas reales se mantenga intacto a lo largo de los años. Se trata de una tiara de platino compuesta por más de 900 brillantes desmontables, pero cuando lleva el diamante Stuart, una piedra de 40 quilates que data de 1690 y que da nombre a la tiara, adquiere un valor incalculable.
Otra de las grandes y espectaculares joyas de valor incalculable es la tiara Wutemberg, una joya de platino y diamantes antiguos cuyo origen se remonta a 1839. La pieza está formada por volutas y flores de lis entrelazadas, entre las que se insertan 50 perlas fijas y 11 desmontables, 5 de ellas son perlas en forma de lágrima que son las que la coronan.
La tiara de zafiros, que forma parte del llamado ‘gran parure’ de la reina Emma, fue la elegida por Maxima el día de la coronación de Guillermo Alejandro, una pieza que fue creada por la Maison van der Stichel y adquirida en 1881. Está elaborada con 655 diamantes sudafricanos talla brillante y 33 zafiros de Cachemira. La pieza central está formada por 3 zafiros dispuestos en línea vertical y en el centro lleva encastrada una piedra talla cojín de 44 quilates rodeada de 5 diamantes a cada lado. Además, cuenta con un penacho desmontable de diamantes que se inserta justo encima del zafiro central.
Podríamos seguir con el joyero de Maxima hablando no solo de tiaras, también de collares y anillos, pero para cerrar el capítulo de la reina de Países Bajos hay que hablar de dos joyas muy especiales denominadas ‘devant-de-corsage’ o ‘stromacher’, porque se utilizaba enganchado al pecho del vestido y caía un poco por encima del estómago, pero Maxima los utiliza a modo de broche cerca del hombro.
El primero perteneció a la reina Emma, fue un regalo que recibió en 1879 por su boda con Guillermo III y está formado por 214 diamantes de talla brillante con un enorme diamante central de 30 kilates del que parten tres colgantes de diamantes de talla de pera.
El segundo es el ‘stomacher’ de María Fiódorovna de Rusia, una majestuosa pieza en diamantes con diseño de lazo del que cuelgan tres perlas con forma de lágrima, que fue creado para Sofía de Wüttermberg, la mujer de Guillermo III y su origen se remonta a principios del siglo XIX.
Las joyas más espectaculares de Letizia Ortiz
Del mismo modo que el de otras familias reales, el joyero de la reina Letizia cuenta con piezas muy especiales que pertenecen al joyero real y de las que pudo hacer uso cuando alcanzó el estatus de reina consorte. Es el caso de la mayoría de las tiaras que luce la reina Letizia y en concreto, el de la tiara ‘Flor de Lis’, una de las joyas más importantes de la familia real española. Se trata de una pieza de diamantes y perlas con motivos florales, creada por la joyería Ansorena en 1906 y fue un regalo de la Reina Victoria Eugenia a su nuera, la Reina Sofía. Esta tiara a manos de Letizia tras la abdicación del rey Juan Carlos I.
En la familia real española hay dos collares de chatones, uno cuenta con 30 diamantes y el otro con 27 y en ambos están engastados en platino. Se trata de dos piezas históricsa que recibió Alfonso XIII en usufructo y ha ido pasando de generación en generación hasta llegar a manos de Letizia que solo lo ha lucido en contadas ocasiones.
Las pulseras gemelas y los pendientes de chatones son otras de las joyas importantes de la reina. Las pulseras gemelas, que pertenecen a las ‘joyas de pasar’, son dos pulseras de diamante idénticas cuyo origen fue una corona de Cartier que Alfonso XIII regaló a Victoria Eugenia y que ella decidió desmontar. En cuanto a los pendientes denominados ‘de chatones’, son dos grandes diamantes rodeados de piedras de menor tamaño y engarzados en garra.
A pesar de las numerosas tiaras que están a disposición de la reina Letizia, una de las joyas más importantes es el collar de perlas de Isabel II de España, tanto por la calidad de la joya, como por su historia. Está compuesto por 37 perlas gruesas, con cierre de diamante y un colgante de perla perilla.
Las joyas más espectaculares de Mary Donaldson
De las joyas que hasta el día de hoy ha lucido Mary Donaldson, la tiara 'Imperial' es una de las más especiales, tanto por su valor, como por su historia. Su origen se remonta a 1804, fecha en la que Napoleón Bonaparte fue proclamado emperador de Francia. Inicialmente fueron dos peinecillos para el pelo y formaban parte de un conjunto en el que también había un collar y unos pendientes. Tenía forma de ramas con hojas de vid de diamantes y rubíes e Ingrid de Suecia la convirtió en una pieza de mayor tamaño y la transformó en tiara. El conjunto fue heredado por Federico de Dinamarca que, como regalo de compromiso, quiso que pasara a manos de Mary Donaldson.
Otra de las joyas más especiales de Mary Donaldson es la tiara nupcial, un regalo de sus suegros que utilizó el día en que contrajo matrimonio con Federico de Dinamarca. Se trata de una joya de origen desconocido con dos filas de flores de lis y diamantes que la australiana modificó posteriormente añadiendo una fila de perlas desmontable en la base y seis perlas extraíbles sobre la primera fila de diamantes.