Rara es la ocasión en la que la familia real británica no está en el centro de la noticia, ya sea por motivos favorables o por alguna polémica que les salpica. Esto hace que sus miembros sean bastante conocidos por el público en general, pero no sucede igual con todos, algunos han conseguido mantenerse bastante al margen, como Timothy Laurence, el segundo marido de la princesa Ana.
Pocas han sido las ocasiones en las que se ha visto a Laurence dar un paso adelante, pues él siempre opta por mantenerse en un segundo plano, incluso cuando acompaña a su esposa en actos oficiales, consciente del papel de la Princesa.
Sin embargo, tras el accidente sufrido por la princesa Ana y que le provocó una conmoción cerebral, él fue el encargado de agradecer las muestras de cariño recibidas, los cuidados más que profesionales a su esposa y de asegurar que su recuperación estaba siendo lenta, pero segura.
La vida de la princesa Ana no ha sido tan tranquila en el pasado como lo es en la actualidad. Durante unos años estuvo casada con el capitán Mark Phillips, padre de sus dos hijos, Peter y Zara, pero su matrimonio tuvo que enfrentarse a los constantes rumores de infidelidad. Se decía que la pareja no estaba enamorada y en 1989 se llegó a afirmar que Phillips tenía una hija fruto de una relación extramatrimonial.
Fue en ese mismo año cuando la prensa publicó que la princesa Ana y Timothy Laurence, cinco años menor que ella, se intercambiaban cartas de amor. El contenido de las mismas nunca llegó a ver la luz, pero fue suficiente para echar más leña al fuego y propiciar el escándalo. La princesa Ana se divorciaba y comenzaba una relación con Tim, algo que no fue nada sencillo, pues no todo el mundo lo aceptó. De hecho, la Reina madre mostró su disconformidad de manera más que vehemente.
La pareja se había conocido bastante antes de que el escándalo viera la luz porque Laurence era empleado de la reina Isabel II. Sirvió a bordo de varios buques y prestó servicio en el Royal Yacht Britannia, perteneciente a la Corona. También durante unos años ejerció como asistente oficial de la soberana.
La pareja se casó el 12 de diciembre de 1992 en Balmoral, una discreta boda a la que solo asistieron 30 personas. Por decisión personal, Tim no tiene ningún título y siguió con su vida, acudiendo a su oficina en el Ministerio de Defensa a pie o conduciendo su propio vehículo. En 2010 renunció a la marina tras 37 años de servicio y desde entonces se dedica a iniciativas sociales y a acompañar a su esposa.
Siempre en un segundo plano, manteniendo cierto aire de autoridad que le confiere la postura y los años dedicados a su profesión, él ha sabido convertirse en el apoyo de su mujer y acompañarla a pesar de los muchos rumores que señalaban que ya no se querían, que no vivían juntos y que incluso ella le despreciaba.
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