La princesa Amalia de Holanda, heredera al trono neerlandés, ha sorprendido recientemente con un cambio físico y estilístico que no ha pasado desapercibido. A sus 21 años recién cumplidos, la primogénita del rey Guillermo Alejandro y la reina Máxima ha evolucionado notablemente, consolidándose como una figura pública que combina tradición con modernidad. Un cambio que se ha acrecentado especialmente en los últimos meses en los que ha residido en Madrid. Experiencia gracias a la cual ha madurado ‘a la fuerza’ y que le ha hecho tomar una serie de decisiones.

“Debo decir, honestamente, que ha sido una época maravillosa. Estoy muy agradecida a todos los que hicieron eso por mí”, declaró Amalia al volver a La Haya. Expresó también su amor por la ciudad el pasado noviembre, cuando regaló un jardín de tulipanes como muestra de agradecimiento. “Debido a unas circunstancias especiales, tuve el privilegio de residir un año en vuestro bello Madrid. La calidez con la que fui recibida propició que considerase Madrid mi casa durante un tiempo, por eso deseo mostrar mi profundo agradecimiento a la ciudad, a sus habitantes y a todos los que lo hicieron posible”.

El poder vivir alejada de su hogar, sin ser el centro mediático, ha podido servirle para poder llevar una vida más tranquila y eso se ha notado. Ya no solo nos referimos a su silueta, también a la forma de vestir. Para corroborarlo con el punto de vista de un experto hemos hablado con Jesús Reyes, periodista experto en moda, casas reales y autor de ‘Leonor. Estilo de una Borbón y Ortiz’, quien está de acuerdo en este cambio físico que no ha pasado desapercibido ni para los medios de comunicación, “ni para los que observamos de cerca a los miembros de las distintas casas reales”.

Cuenta que, Amalia de Holanda, la hija mayor de los reyes Guillermo Alejandro y Máxima, ha crecido frente a los ojos del mundo. Desde su adolescencia, cuando la vimos en actos oficiales con su característico porte juvenil, hasta el momento actual, donde se le percibe más madura y con una imagen consolidada, su transformación es evidente.

“En mi opinión, el cambio de la princesa se debe no solo a su maduración natural, sino a la manera en que ha empezado a asumir su rol en la Casa Real. La Princesa Amalia ha crecido ante los medios, pero lo ha hecho de una manera muy medida, como corresponde a alguien que está llamada a ser la futura monarca. Hay una evolución en su estilo, en su porte y en su forma de presentarse ante el público, y eso también se refleja en su físico”, explica.

Incide en que, uno de los aspectos más comentados de la transformación física de Amalia es su estilo. “A lo largo de los años, ha pasado de una imagen más juvenil y relajada a un look más sofisticado y elegante. Y, bajo mi criterio, este cambio no es casual: Amalia ha comenzado a entender su papel de futura Reina. Ha adoptado un estilo más refinado, lo que incluye no solo el vestuario, sino también una postura más erguida y una imagen que transmite poder y autoridad” y añade que, la elección de sus prendas también ha evolucionado.

“Amalia ha optado por firmas de renombre, con diseños que equilibran tradición y modernidad, algo clave en su rol como heredera al trono. La princesa ha comenzado a apostar por cortes más estructurados y colores sobrios, pero siempre manteniendo un toque juvenil y fresco, acorde con su edad”.

Para el experto, el cambio físico de Amalia también puede verse como un reflejo de la influencia de su entorno familiar. “Así, destaco la importancia del estilo de su madre, la reina Máxima, quien ha sido una figura de estilo internacionalmente reconocida. Es indudable que la Reina Máxima ha influido en la estética de Amalia. La relación madre-hija es fundamental en la evolución de su imagen. Y Máxima ha sido un referente de elegancia y versatilidad, lo que ha permitido a Amalia encontrar su propio camino, sin perder las raíces de la tradición real”.

Reyes también hace referencia a su descenso de peso, que podría estar relacionado con una mayor preocupación por su salud y bienestar. “El cambio físico de la princesa Amalia de Holanda no solo es una cuestión estética, sino una evolución natural hacia la madurez y el rol que está destinada a desempeñar. Subrayo que, más allá de la imagen externa, el verdadero cambio radica en cómo Amalia se ha preparado para asumir un futuro dentro de la Casa Real, un futuro que, sin duda, estará marcado por una combinación de tradición, modernidad y una nueva visión de la monarquía”.

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