Ha pasado casi un año desde la muerte de Thomas Kingston y poco a poco, Lady Gabriella Windsor va recuperando la vida que pareció haberse quedado detenida en ese instante. No han sido tiempos sencillos para ella, quien tenía que despedirse de su marido mucho antes de lo esperado, pero muy bien rodeada y arropada por los suyos, está recuperando sus rutinas y regresando a la vida pública. 

Thomas Kingston se quitaba la vida el pasado 25 de febrero. Su cuerpo sin vida era encontrado en la casa de sus padres y la autopsia revelaba que la causa de la muerte había sido un disparo que le provocó “lesiones catastróficas en la cabeza”. La familia defiende la teoría que esta muerte es el resultado de un cambio de medicación, Thomas habría comenzado tres semanas antes con una medicación nueva que le provocó un efecto adverso y un "impulso repentino" de quitarse la vida, según afirmó Lady Gabriella para Hello. 

Aunque las causas de la muerte de Kingston parecen claras, las circunstancias de su muerte todavía siguen siendo investigadas. La familia quiere llegar al fondo de esta historia, para evitar que le pueda pasar a otra persona en caso de confirmarse sus teorías sobre la medicación contra la depresión que estaba tomando. Una situación que no es nada sencilla para ninguno de ellos, tampoco para su viuda, quien tras la muerte de su marido se refugió en su familia. 

Una de las primeras cosas que hizo Lady Gabriella fue abandonar el que hasta el momento había sido el domicilio del matrimonio y refugiarse en casa de sus padres, los duques de Kent. Junto a ellos pasó varios meses viviendo en el recinto de Kensington Palace, que cuenta con múltiples apartamentos. Una situación que la periodista necesitó para poder comenzar a hacerse a la idea de que su vida había cambiado para siempre. 

Pasado el tiempo, parece que ya se siente más segura y ha querido recuperar su independencia, si bien los actos en los que se ha dejado ver han sido en compañía de su familia, como el pasado junio, cuando se dejó ver en Ascot o a finales de año, cuando acudió al nombramiento de Kyr Nktarje como el primer obispo de la iglesia ortodoxa serbia de Reino Unido en compañía de su padre. 

Ahora Ella, como es llamada por sus más cercanos, ha vuelto a independizarse, y vive en un apartamento en el centro de Londres, que continúa estando cerca de sus padres, pero en el que vive sola, recuperando poco a poco sus rutinas. Mientras intenta encontrar la manera de seguir adelante, sigue pendiente de la investigación por la muerte de su marido, por lo que dejarlo todo atrás parece que no va a ser sencillo para ella. 

La prima segunda de Carlos III ha mostrado ser capaz de afrontar los golpes de la vida, pero también de necesitar tiempo para poder recuperarse y afrontar su nuevo futuro, en el que seguro que estará rodeada de quienes más le quieren. 

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