Hace veinte años, Carlos III y Camila se casaban en una discreta ceremonia civil seguida por una, un poco menos discreta, celebración religiosa, con la que se bendecía su unión. La pareja sellaba su amor con esta boda, que llegaba muchos años después de que se conocieran y enamoraran y tras muchas dificultades.
Durante muchos años la relación no fue bien vista, de hecho, Camila llegó a ser una de las mujeres más odiadas, un sentimiento al que consiguió dar la vuelta a base de fidelidad, confianza, trabajo y tiempo. Ha sido el tiempo el que ha ido colocando las cosas en su sitio para esta pareja, que no pudo casarse en su momento y tuvo que hacer las cosas de otro modo (no siempre acertado, según determinó la opinión pública). ¿Por qué no pudieron casarse?
Parece un poco absurdo pensar en todo el tiempo que tardaron Carlos y Camila en poder estar juntos y, sobre todo, casarse. Desde que se conocieron, sus vidas estuvieron siempre unidas de alguna manera, aunque no fuera a través de una relación sentimental. De hecho, cada uno de ellos se casó con otras personas, tras la boda de Camila con Andrew Parker-Bowles, Carlos se casó con Diana de Gales.
Ambos tuvieron sus parejas y con ellos tuvieron hijos, pero siempre mantuvieron cierta conexión, de hecho, con el tiempo y ante las evidencias, el (por aquel entonces) príncipe Carlos admitió que había estado manteniendo una relación extramatrimonial con Camila. Tras la muerte de Diana, la pareja se mantuvo en un segundo plano y evitó hacer apariciones públicas juntos hasta pasados un par de años.
Con el tiempo las cosas se fueron calmando, los hijos de Carlos III fueron coincidiendo más con Camila, la Reina también comienza a aceptar invitaciones a eventos a los que ella asistiera, algo que antaño habría sido impensable. En el año 2003 la pareja comienza a vivir en Clarence House y en 2005 finalmente se casan. Una historia de amor llena de obstáculos y altibajos que no explica por qué no se casaron en primer lugar si tan destinados estaban a estar juntos.
Desde que se conocieron cuando Carlos tenía 22 años y Camila 24, conectaron, les presentó una amiga común y se llevaron bien de inmediato. Comenzaron una relación que Carlos definiría como “cómplice, pacífica y mutuamente feliz”, pero él fue enviado a servir durante ocho meses en la Royal Navy, se marchó sin hacer oficial el romance (sin pedirle matrimonio), ella retomó su relación con su exnovio Andrew y, cuando él regresó, ella estaba comprometida con otro, una situación que las familias forzaron.
Eran otros tiempos y lo cierto es que Camila tenía un pasado que no la hacía adecuada para convertirse en la mujer del heredero al trono, eran los años 70 y ella había tenido otros amoríos, lo que no era visto con buenos ojos porque había reglas que cumplir, concretamente se esperaba que ningún miembro de la realeza, y menos el futuro rey, se casara con una mujer que no fuera virgen. Según cuentan, este fue el motivo por el que Carlos III no se animó a pedirle matrimonio a Camila.
Suscríbete a la newsletter de Divinity y recibirás toda la información de celebrities y corazón cada semana en tu mail.