Pablo Urdangarin y su equipo, el Granollers, donde compite desde hace dos temporadas tras pasar por el Barça, han hecho historia este fin de semana al ganar al equipo blaugrana, que no perdía un partido de la liga Asobal desde 2018. Un hito e la carrera deportiva del sobrino del rey Felipe VI, que ha seguido la estela deportiva de su padre y que a base de esfuerzo y constancia se está consolidando como uno de los mejores jugadores de balonmano de nuestro país.
Luce en su camiseta el número 77, un claro homenaje a Iñaki Urdangarin, quien llevaba el número 7 tanto en la selección nacional como el Barça. Pablo lo reconoce orgulloso "Hace honor a mi padre. Siempre me ha gustado el 7", ha dicho el joven que ha concedido una entrevista a la liga Asobal. Unas declaraciones que llegan casi dos años después de que concediera su primera entrevista a EFE.
Se ha convertido en una de las estrellas emergentes del balonmano y muchos le comparan ya con su padre, con quien, desde que su entrenador, Antonio Rama, le reconvirtiera en lateral, comparte posición en el campo. "Nunca había jugado de lateral, toda mi vida había sido extremo", ha contado el joven en la citada entrevista en la que ha confesado que ahora debe "pillar peso".
Eso sí, a pesar de las similitudes y aunque no puede sentir más orgullo cuando le comparan con él, Pablo tiene claro que existen grandes diferencias con su padre. "Que me comparen con él pues significa que algo estoy haciendo bien... Creo que soy la versión mini, la versión un poco más ágil y un poco frágil. He pillado cosas de él que me ayudan", ha comentado Pablo, que cuando nació su padre ya se había retirado y no ha podido verle jugar en directo.
Se ha convertido en digno sucesor deportivo de su padre, a quien recurre antes de cada partido. Iñaki Urdangarin sabe mejor que nadie lo que está viviendo su hijo y cómo ayudarle, por lo que se ha convertido en uno de sus pilares fundamentales. "Me ayuda mucho en temas mentales, mucho más que en temas de balonmano. Al final él lo ha vivido mucho. Él sabe lo que es jugar Champions, Liga, jugar con la selección... Siempre le llamo antes de los partidos y siempre repetimos las mismas cosas".
El exduque de Palma se ha convertido en el mejor apoyo y el mejor consejero de Pablo en su carrera deportiva. No pudo verlo jugar porque cuando nació su padre ya se había retirado y no pudo vivir en primera persona sus años dorados. Sin embargo, trata de aprovechar al máximo toda la experiencia de su padre y el profundo conocimiento que tiene del mundo del deporte. Fue deportista de élite y Pablo sabe que eso es una suerte que no todo el mundo tiene. "Me ayuda mucho y lo considero como un psicólogo casi. Cuando hablo con él me relaja y me acuerdo de todo lo que tengo que pensar antes de salir a la pista y es un gusto. Poca gente tiene la suerte de tener a alguien que lo ha vivido todo y lo ha ganado todo y lo tienes al lado para cualquier cosa. Y lo intento aprovechar", ha dicho Pablo en la citada entrevista.
No obstante, aunque bebe de la experiencia de su padre y conoce aspectos que otros deportistas recién llegados no tienen oportunidad de conocer, Pablo ha marcado su propio rumbo y no quiere que su éxito de su carrera deportiva sea comparado con el de su padre. "Me gusta que hablen de lo bueno que era mi padre, pero yo siempre he seguido mi camino", ha terminado diciendo
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