Las estimaciones cifran en cientos de miles de personas el número de asistentes al funeral del papá Francisco que este sábado 26 de abril se ha celebrado en Roma. La muerte del pontífice ha despertado una respuesta de cariño y afecto que se ha sustanciado en un calor popular mayúsculo. Pero, además, entre todos ellos, ha habido figuras destacadas y conocidas. La representación española ha sido liderada por los reyes Felipe VI y Letizia, que han vivido las exequias desde un lugar de excepción. Esto ha permitido que podamos ver en todo momento su actitud durante el acto. Como ya ha ocurrido en otros eventos religiosos, la monarca ha evitado persignarse en la misa.
Esta semana, días después del fallecimiento del papa a los ochenta y ocho años de edad a causa de un ictus cerebral y tras semanas con graves problemas de salud, empezó a confirmarse la lista de asistentes a su despedida. Entre ellos, los monarcas españoles, que han acudido a Roma acompañados de otras autoridades, las vicepresidentas primera y segunda del Gobierno, María Jesús Montero y Yolanda Díaz, y el ministro de Presidencia Félix Bolaños, así como el jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo.
Como parte de una monarquía, la pareja real ha ocupado una de las bancadas más próximas al féretro, junto a los representantes y líderes de otros países con la misma forma de Estado, por lo que ha sido posible ver a Felipe y Letizia en directo durante prácticamente toda la misa, oficiada por el cardenal decano, Giovanni Battista Re, que se ha prolongado durante una hora y media. Entre otras escenas, la pareja real ha protagonizado un beso mientras los asistentes se daban la paz, y han utilizado las gafas de sol en varias ocasiones.
Además, durante la retransmisión del evento, se ha podido apreciar otro detalle de relevancia. Antes de la lectura del evangelio, la mayor parte de los presentes se ha persignado mientras el mencionado cardenal proseguía con la eucaristía. Así lo ha hecho el jefe de Estado, que se ha santiguado en tres ocasiones. Su mujer, por su parte, ha preferido no hacerlo, bajando la mirada y jugueteando con el folleto oficial de la misa que sostenía en sus manos.
No es, en cualquier caso, la primera vez que la monarca no realiza en público este gesto. Ocurrió también en otros eventos públicos como el funeral en homenaje a las víctimas por la pandemia de la covid-19 o en la ofrenda al apóstol Santiago en el año 2022, entre otros ejemplos, generando habitualmente una cierta repercusión en medios y redes sociales.
No obstante, Letizia sí se santiguaba en sus primeros años en la institución. Ocurrió en su boda con el por entonces príncipe de Asturias en mayo de 2004, o en una misa ofrecida por el predecesor de Francisco, Benedicto XVI en Santiago de Compostela, en la que, además de persignarse, comulgó durante la eucaristía. Desde que Felipe ascendió al trono en 2014, no constan imágenes de ella persignándose. Por norma general, los expertos en casa real señalan que habitualmente la corona ha delegado en la reina Sofía la mayor parte de actos y eventos clave ligados con la Iglesia.
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