Tres páginas y seis puntos con sus respectivos subpuntos. Así se ha desglosado el comunicado que ha marcado un antes y un después en la monarquía española. También en nuestra historia.
A eso de las 20 horas del 15 de marzo, Casa Real se pronunciaba sobre el escándalo que apuntaba a que Juan Carlos de Borbón habría recibido 100 millones de dólares de Arabia Saudí.
La reacción del rey Felipe, su hijo, ha sido clara: renunciar a su herencia personal y retirar al emérito su dotación anual. Pero, ¿qué más conclusiones podemos sacar de esta decisión? Analizamos el texto que tiene en jaque a Zarzuela.
Empecemos por el principio. En el primer punto de este comunicado, Casa Real apela al discurso de proclamación de nuestro actual rey. Aquel 19 de junio de 2014, Felipe dejaba de ser Príncipe de Asturias con una promesa: “Velar por la dignidad de la Institución, preservar el prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente”.
Solo siguiendo estas pautas (que ahora cobran más sentido que nunca) el monarca podría gozar de “la autoridad moral necesaria para el ejercicio de sus funciones”. O lo que es lo mismo: que no se puede ser un referente para la ciudadanía sin ejemplaridad.
Y de aquí pasaríamos al segundo punto: el de la herencia. “En coherencia con las palabras pronunciadas en su discurso (…), el rey quiere que sea conocido públicamente que S.M. el rey don Juan Carlos tiene conocimiento de su decisión de renunciar a la herencia que personalmente le pudiera corresponder”, se comunica.
Justo después viene lo específico: no solo se hace referencia a la herencia personal que podría percibir con la muerte de su padre; también se cita el rechazo a “cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad”.
El rey emérito pierde su asignación. ¿De cuánto estamos hablando? Tal y como está estipulado en los presupuestos de la Casa del Rey, don Juan Carlos percibía (hasta hoy) 194.232 euros anuales de la corona.
Echando la vista atrás, la única ocasión en la que se tomó una decisión de este calibre fue cuando se retiró a la infanta Cristina, hermana e hija de los dos implicados, su ducado de Palma de Mallorca en 2015.
Días después de filtrarse esta presunta vinculación de don Juan Carlos con Arabia Saudí, los medios pusieron otro nombre en el foco: el de Felipe VI. Tal y como informaron diarios como The Telegraph o El País, nuestro actual monarca aparecía como beneficiario de las fundaciones Zagatka y Lucum con las que se relacionaba a su padre.
En palabras de Zarzuela, el rey “desconoce por completo totalmente y a día de hoy su supuesta designación como beneficiario de la Fundación Zagatka”, propiedad de Álvaro de Orleans, primo del emérito. De haberse producido sin su conocimiento, Felipe apela al segundo punto del comunicado: la renuncia de cualquier beneficio de dichos movimientos.
En el quinto punto, Felipe admite que un año atrás se enteró de que era el beneficiario segundo de Lucum, fundación que en estos momentos está siendo investigada por la Fiscalía Anticorrupción. Y tras asumir su conocimiento al respecto, pasa a detallar en varios subpuntos cuáles fueron sus movimientos posteriores:
- El 5 de marzo de 2019 recibió una carta del despacho de abogados británico Kobre & Kim le comunicaba que, con la muerte de su padre, se produciría su “supuesta designación como beneficiario de la Fundación Lucum”.
- Tras esta misiva, el comunicado asegura que Felipe VI avisó a su padre y a las autoridades competentes y que días más tarde, el 21 de marzo de ese mismo año, advirtieron al bufete de que “no tenían conocimiento, participación o responsabilidad alguna” de este movimiento y que no estaban dispuesto a iniciar una negociación al respecto.
Justo después, el 12 de abril, el tercer movimiento de don Felipe tuvo como intención proteger a su hija Leonor, actual Princesa de Asturias y futura heredera de la Corona:
- Ante notario, el rey quiso dejar constancia de que “si fuera cierta su designación o la de la Princesa de Asturias como beneficiarios de la citada Fundación Lucum, dejara sin efecto tal designación, manifestando igualmente que no aceptaría participación o beneficio alguno en esa entidad”.
En el sexto y último punto de este texto histórico, la Casa del Rey pretende trasladar que el rey Juan Carlos ha pedido expresamente que se traslade a la opinión pública “en ningún momento facilitó información” a su hijo sobre estos movimientos, cargando él con toda responsabilidad.
Además, se recuerda que el 27 de mayo de 2019 (dos meses después de que Felipe hiciese constar su decisión ante notario) don Juan Carlos anunció su retirada definitiva de la vida pública, rompiendo cualquier relación con la Casa del Rey ante un probable proceso judicial para el que contará con la defensa del abogado Javier Sánchez-Junco Mans.