Risas, complicidad y una reconciliación: los príncipes Guillermo y Harry, unidos ante la escultura de Diana
Con motivo del 60º cumpleaños de Diana, Guillermo y Harry se han vuelto a unir en un acto homenaje a su madre
Una estatua de Lady Di y más de 4.000 flores en su honor ya presiden uno de los jardines de Kensington Palace
La reconciliación se ha podido confirmar después de ver la complicidad entre ambos hermanos
Solo Diana podía lograr romper la distancia que separa a sus dos hijos. Guillermo y Harry, dos niños unidos por la tragedia, criados entre reverencias, con un futuro marcado a fuego desde su nacimiento, han vuelto a verse las caras después de meses de desavenencias. La decisión del duque de Sussex de abandonar Buckingham Palace y desligarse por completo de lo que implica ser un 'royal' no fue bien recibida por su familia paterna. Tampoco por su hermano, que en unos años será la cabeza de la institución. Pero lo que hizo que su grieta fuese (casi) insalvable fue lo que sucedió después.
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Desde su retiro californiano, tanto el hijo menor del príncipe Carlos como su mujer, la actriz Meghan Markle, iniciaron una guerra mediática contra Buckingham Palace para reivindicar que su huida tenía una razón de ser. Ahora ha sido su madre, o más bien su memoria, la que ha logrado su reconciliación, al menos de cara a los flashes.
Así ha sido el acto en honor a Lady Di por su 60º cumpleaños
60 años, la edad que habría cumplido Lady Di de seguir con vida, es una cifra lo suficientemente redonda como para que por fin se le dé su lugar al que seguramente sea el mayor icono de la historia de la corona británica.
Un homenaje en forma de escultura de bronce que a partir de hoy presidirá uno de los jardines de Kensington Palace, la que fue la residencia de la princesa de Gales hasta su trágico final y que hoy ocupa Guillermo, su hijo mayor, junto a su mujer Kate Middleton y sus hijos George, Charlotte y Louis.
Aunque la idea era que acudieran cientos de invitados, entre ellos amigos, exempleados y familiares de la princesa Diana, el coronavirus ha hecho de este un acto extremadamente íntimo en el que los hijos de la difunta han estado arropados por sus tíos maternos, Earl Spencer, Lady Sarah McCorquodale y Lady Jane Fellowes.
Las sonrisas ya estaban presentes en sus rostros al pisar por primera vez este jardín redecorado para Diana. Impactados por el homenaje, que hace referencia a las miles de flores que la sociedad británica dejó a las puertas de Buckingham Palace tras su fallecimiento, rápidamente saludaban con ímpetu a los hermanos de su madre.
Tras más de quince minutos de charla afectuosa, eran ellos mismos los que comentaban emocionados el resultado para, poco después, descubrir esa escultura de Diana, que aparece de pie, con rostro sereno, acompañada de dos niños, que quedará para siempre en Kensington Palace.
Del príncipe Carlos a Isabel II: las grandes ausencias
Ni la reina de Inglaterra -que se encuentra en Escocia- ni el príncipe Carlos, su exmarido, han estado presentes en este emocionante evento que, aunque no ha implicado un abrazo entre Harry y Guilermo, sí que nos ha regalado su primera foto juntos tras su distanciamiento (la última vez que se vieron fue en el funeral de su abuelo, el duque de Edimburgo, en abril de este año).
Entre las grandes ausencias también ha destacado la de la duquesa de Cambridge y la de Meghan Markle, esposas de los hermanos Windsor. Esta última, que no pisa Reino Unido desde su salida de la casa real británica, se encuentra de baja de maternidad tras el nacimiento de su hija Lilibeth, su segunda hija con el duque de Sussex.
Una estatua de bronce y 4.000 flores en honor a Diana
Los que sí han estado y han cobrado importancia en el acto en memoria de Diana de Gales han sido el escultor Ian Rank-Broadley -cuya obra ha sido financiada a través de donaciones privadas, entre ellas la de su íntimo amigo Elton John- y el diseñador de jardines Pip Morrison -que se ha encargado de nutrir los jardines con más de 4.000 flores de las especies favoritas de Lady Di-.
"La localización ha sido escogida cuidadosamente, con la estatua situada a un lado de uno de los caminos del llamado jardín hundido, cerca de un espacio abierto entre los setos", informaba Jane Sidell, inspector de monumentos históricos de Inglaterra hace unos días. Su estatua "será visible para el público que visite el jardín pero no afectará a las vistas del palacio o desde el mismo debido a su posición ligeramente hundida".
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