Lady Di no tuvo una vida fácil. Su infancia estuvo marcada por el abandono de su madre, que solamente acudía un par de veces al año a visitar a Diana y sus hermanos. Así, la joven Diana se crió con su padre, John Spencer, y con su abuela, quienes la educaron en un ambiente estricto y ajustado a su buena clase social. La madre de Diana, Frances Rocher, abandonó la casa familiar tras conocer al empresario, Peter Shand. No fue una decisión fácil de tomar, ya que hasta la madre de Frances testificó en el juicio de divorcio contra su propia hija.

De esta forma, el vizconde John Spencer se quedó al cuidado de sus hijos y rehízo su vida. Junto con Charles, su hermano, se instalaron en un modesto apartamento en el centro de Londres, muy diferente a la vida a la que estaban acostumbrados a llevar. Además, los hermanos pasaban su vida entre Escocia y Australia, donde residía su madre, que pronto se divorció de Peter Shand.

Pronto entró a sus vidas Raine, la mujer que consiguió devolverle la ilusión a su padre. Pero, ¿quién era ella? Su madre era Barbara Catland, una famosa escritora inglesa, y su padre, Alexander McCorquodale, un oficial de la armada que había heredado una importante fortuna. A los 19 años, Raine se casó con Gerald Legge, conde de Dartmouth, pero Raine no encajaba del todo en la familia al no cumplir con el protocolo por ser condesa, ya que se convirtió en la persona más joven del Consejo de la ciudad de Westminster del Partido Conservador. La pareja, que tuvo cuatro hijos, estaba muy volcada en sus actividades políticas, familiares y sociales de la época.

Fue a principios de los años 70, trabajando en el comité de Arquitectura, cuando conoció a John Spencer. El flechazo fue inmediato y ambos comenzaron una relación. Pronto el padre de Diana y Charles decidió presentar su nueva novia a sus hijos y, parece ser, que no fue tan fácil como parecía. Raine consiguió el divorcio y en 1976 se casaron. Prueba de la complicada relación entre Raine y los hijos de John fue que Diana y Charles no acudieron a la boda.

Varios testigos apuntaron que, después de volver de la ceremonia, hubo una fuerte discusión en la familia. “Arruinaste nuestra vida familiar”, le espetaron los hermanos a su madrastra. Después de este enfrentamiento, John estuvo varios meses sin dirigirle la palabra a su hija Diana hasta que esta le pidió perdón. Además, Diana bautizó a su madrastra como ‘Acid Rain’ -lluvia ácida-, haciendo un juego fonético con el nombre de pila de Raine. Esta difícil situación les llevó a vivir uno de los momentos más complicados, cuando en 1978 a John le dio un derrame cerebral y su esposa impidió a Diana y a Charles visitarlo en el hospital.

Lo cierto es que esa mala relación se trasladó también al hogar familiar, donde la convivencia era más que complicada. Raine hacía y deshacía como le venía en gana; redecoraba la casa y donaba aquellas pertenencias que eran de Diana y su hermano sin pedir permiso. Eso sí, el mayor conflicto llegó cuando se celebró la boda del siglo XX. John acompañó a su hija hasta el altar en un enlace seguido por casi un millón de personas. Raine sí acudió a la boda, pero en ningún momento se hizo notar y se mantuvo siempre en un segundo plano. Además, cuando las familias fueron invitadas a saludar desde el balcón de Buckingham, ella no fue invitada.

Tras la boda, se filtró una conversación de Diana con su profesor de dicción, donde ella explicaba la mala relación que mantenía con su madrastra y cómo la boda de su padre, cuando todavía era una niña, le había arruinado la infancia. 1992 se convirtió, también, en un año complicado: Diana se separó de Carlos de Inglaterra y su padre, John Spencer, falleció. Raine rehízo su vida casándose con el conde Jean François Pineton de Chambrun, aunque el matrimonio duró apenas dos años.

Pese a todo lo vivido, este sentimiento de resentimiento se transformó en cariño y confianza con el tiempo, hasta tal punto que Raine se convirtió en la mayor confidente de Diana de Gales. Lady Di reconoció todo lo que esa mujer había hecho por su padre y comenzaron a hacerse amigas; iban juntas a distintos eventos y solían almorzar en Connaught Grill, uno de los restaurantes más exclusivos de la ciudad. Además, tras la muerte de Diana, Raine se sumó a la investigación sobre su fallecimiento. “Era una persona encantadora (...) Sufría mucha presión, pero terminamos siendo grandes amigas. Solía sentarse en mi sofá y me contaba sus problemas. Estoy muy feliz por eso”, admitió Raine en una entrevista.

Raine nunca dejó de trabajar y hasta los 85 años formó parte de la sección internacional de Harrod’s, que perteneció durante muchos años a Mohamed Al Fayed, padre de Dodi Al Fayed, quien falleció con Diana en el accidente de coche en París. Cuando cumplió 87, los médicos detectaron a Raine un tumor. La mujer falleció en 21 de octubre de 2016.