Más de dos meses han pasado desde que Meghan Markle y el príncipe Harry concedieron unas impactantes declaraciones a Oprah Winfrey que dieron la vuelta al mundo. En la entrevista, que duró más de dos horas, los duques de Sussex hablaron de las actitudes racistas de las que habían sido víctimas por parte de la Casa Real y de la prensa británica, lo que les llevó a ser protagonistas del conocido ‘Megxit’. Sus palabras generaron un mayor distanciamiento con sus familiares, pero la muerte de Felipe de Edimburgo, marido de Isabel II, unió de nuevo a los hermanos. O eso parecía.
Ahora, tan solo unas semanas después de aquellas polémicas declaraciones, el príncipe Harry es uno de los protagonistas de la serie documental ‘The me you can´t see’ (La parte de mí que no puedes ver’, que ha creado junto a Oprah Winfrey. En esta serie, además de hablar sobre salud mental, el marido de Meghan Markle reconoce que ha necesitado ayuda profesional en muchas etapas de su vida para poder recuperarse y continuar, lo que le ha preparado “para poder afrontar cualquier cosa”.
El nieto de Isabel II de Inglaterra tomó la decisión de acudir a terapia tras comprender que “no es un signo de debilidad” y con la intención de “curarme del pasado”. "Cuatro años de terapia para una persona que nunca pensó que alguna vez lo necesitaría es mucho tiempo. Tampoco estaba en un ambiente que motivara a hablar de eso”, recuerda.
El príncipe Harry tenía tan solo 12 años cuando Lady Di murió. El marido de Meghan Markle no fue capaz de procesar el dolor que sentía. “No quiero pensar en ella, porque si pienso en ella, me acuerdo de que no puedo traerla de vuelta y me voy a poner triste. ¿De qué sirve pensar en algo triste? ¿Cuál es el punto de pensar en alguien que has perdido y que nunca va a regresar? Y simplemente decidí no hablar de eso. Nadie hablaba de eso”, ha confesado en este documental.
Los años siguientes fueron muy duros y el ocio y las drogas se convirtieron en algo así como una vía de escape para él, que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por evitar “sentirme como me sentía”.
El miedo de perder a alguien más lo tiene ahora por su mujer, Meghan Markle, por la nueva presión por parte de la prensa británica que están recibiendo y a quienes acusa de racistas. "A mi madre la persiguieron hasta la muerte porque tenía una relación con alguien que no era blanco, y mira lo que pasó. ¿Queremos que la historia se repita? No pararán hasta que ella muera. Es terrorífico perder a otra mujer en mi vida", confiesa.
Los mejores años los pasó en el ejército, ajeno al trato especial que se le daba por pertenecer a la familia real. Harry y Meghan, ante el acoso de la prensa y las señales racistas cuando comenzaron su relación, pidieron ayuda a la institución porque se sentían “indefensos”. “Pensaba que mi familia me ayudaría, pero todas las peticiones, todas las señales encontraron un silencio o una negligencia total. Pasamos cuatro años tratando de que funcionara. Hicimos todo lo que pudimos para quedarnos allí y seguir haciendo nuestro trabajo".