En los últimos tiempos hemos sido testigos del boom de las placas solares. Esto se debe a un cambio en la hora de concebir nuestro día a día, mucho más sostenible y pensando en la naturaleza, pero también una forma de ahorro a largo plazo. Es por eso que las placas necesitarán cierto mantenimiento para alargar su vida útil y, sobre todo, para que funcionen de la forma más óptima posible.
Sí que es cierto que, a no ser que vivas en un lugar donde haya mucha contaminación, polvo o arena, no será recomendable que las limpies tan asiduamente. En la mayoría de casos será suficiente con la lluvia. Aunque eso sí, si vives en una zona de playa puede ser recomendable que las riegues.
En líneas generales, y como ya hemos comentado, las células fotovoltaicas son muy resistentes a los agentes meteorológicos agresivos como puede ser el granizo. Por tanto, no será necesario prestar demasiada atención a su mantenimiento. Aunque si vives en un lugar donde haya mucha contaminación debes saber que su producción puede disminuir considerablemente si no las limpiamos de forma adecuada.
Si es este tu caso tienes que saber que habrá que limpiar los paneles, al menos, dos veces al año. En el caso de los paneles en tejados inclinados será aconsejable contratar a un especialista. Si, por el contrario, los paneles son de fácil acceso solamente necesitarás un poco de agua templada y a poca presión. Además, podrás hacer uso de una esponja suave.
Lo más importante es que busques la solución que busques siempre intentes no rayar o dañar el vidrio de la placa. Para evitarlo podrás utilizar un poco de agua tibia y jabón de lavavajillas. También, una escobilla de goma para eliminar todo el agua sucia restante.
En el caso de que vivas cerca de una carretera o de un aeropuerto podrán aparecer manchas de aceite en las placas. Se eliminará de forma fácil y sencilla con un poco de alcohol isopropílico y un trapo. Eso sí, habrá que evitar el uso de productos de limpieza fuertes.