El puerto de carga del móvil se conecta y desconecta a su cargador para enchufarlo a la red con el fin de recargarse como mínimo cada día. A esta pequeña abertura no se le presta la más mínima atención, cuando cientos de micropartículas de polvo y suciedad la invaden en su trajín de la oreja al bolsillo y de la mano al bolso o a la mochila. Así, conviene limpiar el puerto de carga de tu móvil a menudo para que siga aguantando y haciendo su función; la suciedad se va acumulando hasta que podría dañar un componente que es básico.
En este caso, el modelo de móvil no es relevante, todos necesitan que su puerto de carga se someta a un proceso de limpieza que perfectamente se puede hacer en casa. Vamos a explicar cómo. Para empezar, el primer paso es apagar completamente el móvil, aunque eso suponga estar desconectados del mundo virtual un rato. Hay varias formas de limpiarlo y son las siguientes:
Los cepillos de dientes son muy útiles porque gracias a sus cerdas se accede a estos espacios más recónditos del móvil. La condición es que sea de cerdas suaves de modo que no dañen el puerto y los microcomponentes internos. Hay que hacerlo delicadamente y con paciencia, a veces la suciedad se adhiere, pero acaba saliendo al exterior. También sirven los cepillos especiales con forma de bolígrafo que se utilizan para limpiar los auriculares.
Otro complemento que se comercializa para limpiar los espacios más inaccesibles de los aparatos electrónicos son los espráis de aire comprimido. Su chorro mínimo de aire es capaz de remover y eliminar todo el polvo acumulado en los huecos, agujeros y cavidades más inaccesibles. También resulta muy útil para dejar como nuevo el teclado del ordenador entre otras piezas. El aire comprimido que expulsa el espray, precisamente, es un arma de doble filo ya que su potencia podría dañar las áreas y elementos más sensibles. De este modo, primero es necesario adquirir destreza a la hora de graduar el aire que expulsa y una vez se tiene controlado, proceder a la limpieza del puerto de carga. Siempre se debe aplicar con una potencia suave, aunque haya que insistir en aquello que está más incrustado.
Un palillo de madera o un alfiler es útil cuando ciertas partículas se han adherido demasiado. Con precaución y solo en la zona exterior se pueden utilizar estos utensilios punzantes sin raspar nunca el interior ni las áreas sensibles.
Esta sustancia especial para limpieza se evapora enseguida y ayuda a reblandecer esas zonas más sucias. En este caso, se debe humedecer con alcohol isopropílico una esquina de un trapo o paño que no suelte pelusa, nunca un algodón, de modo que no deje residuos que interfieran en el funcionamiento del móvil o en la carga. Hay que tener en cuenta que este alcohol hay que tratarlo con cuidado y guardarlo en un lugar que no alcancen los pequeños de la casa. Puede resultar agresivo para la piel, con lo cual es mejor utilizarlo con guantes, es inflamable y su olor es muy fuerte. Igualmente se vende impregnado en pequeñas toallitas muy útiles para estos procesos de limpieza de componentes delicados.