Cuando esta deja de funcionar, parece que la única solución es reemplazarla
Pero solo necesitas un tenedor para conseguir que vuelva a funcionar como siempre
Muchas de nuestras prendas favoritas tienen un cierre con cremallera, sobre todo los pantalones y las faldas, aunque también vestidos y chaquetas. Cuando se estropea una cremallera, parece que tenemos que dar la prenda por perdida a menos que queramos llevarla a un costurero a que la cambie por completo. Antes de dar ese paso, te recomendamos que intentes arreglar la cremallera usando un tenedor. Se trata de un sencillo truco que puede conseguir que vuelve a abrirse y cerrarse a la perfección. Toma nota de estos pasos porque son muy sencillos y puede que te sean de utilidad en más de una ocasión.
Como ya puedes imaginar, vas a necesitar un tenedor para volver a poner tu cremallera a punto, al menos con el truco que te proponemos hoy. Además, es conveniente que tengas un producto que haga las funciones de lubricante, como aceite de oliva, aceite de coco o vaselina. Por último, ten a mano un paño limpio.
Muchas prendas se cierran con cremallera. FUENTE: PexelsDivinity.es
Cómo arreglar la cremallera
Ahora que ya tienes preparado todo lo que necesitas, sigue estas instrucciones paso a paso:
Para arreglar tu cremallera, necesitas que esté completamente abierta.
Aplica el producto lubricante en la zona de la cremallera que esté atascada. Así facilitarás la reparación y el movimiento de la cremallera será más suave.
Ahora entra en juego el tenedor: sujétalo por el extremo opuesto al mango, asegurándote de que los dientes quedan orientados hacia arriba.
Introduce los dientes, en esta posición, en la abertura de la cremallera, en el lado en el que se encuentra el deslizador. Asegúrate de que los dientes del tenedor encajan entre los dientes de la cremallera.
El aceite de oliva es un buen lubricante. FUENTE: PexelsDivinity.es
Desliza con suavidad el tenedor hacia arriba o hacia abajo. Va a depender de si la cremallera se atascó al abrir o al cerrar. Ejerce una presión suave, pero firme, para que se liberen los dientes de la cremallera.
Repite este movimiento hacia arriba y hacia abajo a lo largo de la cremallera con la intención de aflojar el enganche o la obstrucción que le impida funcionar adecuadamente.
Si la cremallera comienza a moverse bien retira el tenedor y comprueba que abre y cierra correctamente. Si no es así, puedes aplicar más lubricante y repetir el proceso, ya que a veces son necesarios varios intentos.
Cuando lo consigas, limpia el exceso de producto lubricante con un paño limpio ¡y listo! Con un poco de suerte te habrás ahorrado reemplazar la cremallera.