Samantha Vallejo Nágera es toda una apasionada de la gastronomía, muestra de ello es su prestigiosa carrera en la industria española. Reconocida chef, empresaria y jueza en programas de cocina de renombre, mezcla su gusto por lo culinario con un distintivo toque de elegancia. Su hogar se asimila a los platos que reproduce día a día: colorido y con muchos toques de distintas partes del mundo plasmado en las paredes y en los muebles del hogar que comparte con su marido Pedro Aznar.
La casa de Samantha Vallejo es más que una simple residencia, es un reflejo de su estilo de vida, su creatividad y su amor por la belleza en todas sus formas. Al igual que sus recetas en los que se combinan el sabor con el color y donde la empresaria despliega su creatividad así como su gran capacidad para lo estético, su hogar comienza con una base neutra. Una línea total white en la que como si de ingredientes se tratase, da pequeños toques de ingenio.
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La chef dota de su hogar situado en Madrid de una gran creatividad y envidiable estilo personal. Una base de tipo señorial y colores neutros en los que la mediática chef ha dado pequeños toques personales, dotando a la casa de una identidad única. Sin embargo, más allá de ser un espacio donde esta combinación podría ser excentricidad y desorganización, se observa un estricto sentido del orden, tan característico de la cocinera. Una autenticidad y personalidad que hacen de este espacio un lugar acogedor para su familia numerosa que tienen junto a sus cuatro hijos: Chloe de 20 años, Pedro de 19, Patrick -alias Roscón- de 15 y el pequeño de la casa, Diego, de 12.
El toque personal lo da en los matices de pequeños recuerdos de sus experiencias personales, ya sean de viajes o de sus logros culinarios. Los muebles combinan piezas clásicas con elementos contemporáneos, creando un ambiente único y acogedor. En rasgos generales, el interiorismo de la casa sigue una línea boho-chic, pero manteniendo todos los diferentes espacios con su característica organización.
Como no podría ser de otra manera, la chef tiene un sitio favorito por delante del resto de su casa: la cocina. Es el corazón de su casa, donde innovación y tradición se fusionan. Allí prepara diversas recetas junto a sus cuatro hijos, algo que deja retratado en su propio perfil de Instagram, que podría ser su propio libro de recetas donde de vez en cuando nos comparte platos sencillos, pero a la vez saludables cuyos pinches no podrían ser otros que sus pequeños.
Equipada con los últimos electrodomésticos y utensilios de cocina de alta calidad, esta cocina es el escenario donde Samantha da rienda suelta a su creatividad culinaria, principalmente en la gran isla con muchas opciones de almacenaje. Sin embargo, más allá de su funcionalidad, la cocina también es un espacio acogedor, epicentro donde la familia y los amigos se reúnen para disfrutar de deliciosas comidas y conversaciones animadas.
Los sabores de todo el mundo se despliegan en un espacio estilo campestre. Aunque tampoco se ha quedado atrás ya que, como ha demostrado más de una vez por sus redes sociales, le encanta la vajilla repleta de formas y de colores, que figuran una antítesis del minimalismo.
También disfruta junto a sus pequeños en la barra que tiene dispuesta antes de que cada uno inicie su rutina del día a día. Un espacio que se une con el comedor, donde su círculo más cercano tiene el privilegio de disfrutar de sus platos llenos de sabor.
El espacio de comodidad y descanso de su hogar tiene una atmósfera bohemia donde se manifiestan olores de las diferentes velas aromáticas. Piezas de toque étnico se despliegan por toda la sala, donde predomina una gran alfombra bereber de color rosa. Además, también hay colchas tribales o una manta de camello, posibles souvenirs de sus viajes a las tierras más inhóspitas, que se mezclan con cuadros de artistas contemporáneos. La pasión de Samantha por el arte y el diseño se manifiesta en cada rincón de su hogar. Las paredes están adornadas con obras de arte cuidadosamente seleccionadas, que van desde pinturas modernas hasta fotografías en blanco y negro que capturan momentos significativos en la vida de la chef.
También es un espacio en el que muestra sus grandes pasiones gracias a una librería de obra, lacada en blanco en la que libros y fotos de familia se combinan con piezas de cerámica. Además, hay dos lámparas de techo, en ratán trenzado, que iluminan la zona de estar. Además de ser un espacio para la relajación y el entretenimiento, el salón de Samantha Vallejo también refleja su compromiso con la sostenibilidad y el bienestar. Plantas verdes y coloridas flores se encuentran estratégicamente ubicadas en todo el espacio, añadiendo un toque de frescura y purificando el aire interior. Materiales eco-amigables y técnicas de diseño sostenible se han utilizado en la decoración y el mobiliario, demostrando el compromiso de Samantha con un estilo de vida consciente y respetuoso con el medio ambiente.
La chef da rienda suelta a su imaginación en un espacio tan único como sus recetas. Su gusto por viajar y por la familia se despliega en su despacho, donde pasa el tiempo antes de ponerse ante los fogones. Para darle la fuerza que necesita en estos momentos, ha dispuesto un pequeño altar con toques de todas las partes del globo donde ha estado.
Un espacio íntimo donde la comodidad se combina con el estilo para crear un refugio de tranquilidad y descanso. Al igual que en el resto del hogar de la chef, los tonos suaves y neutros dominan el espacio, creando una sensación de tranquilidad y sinceridad que invita al descanso y la relajación. El mobiliario del dormitorio ha sido seleccionado con cuidado para combinar estilo y confort. Una cama grande y lujosa, adornada con suaves almohadas y sábanas, se convierte en el punto focal del espacio. El cabecero, elegante y de metal, añade un toque de glamour señorial, mientras que una cómoda cercana proporciona espacio de almacenamiento adicional sin comprometer el diseño elegante.
La iluminación juega un papel crucial en la creación de la atmósfera tranquila del dormitorio de Samantha Vallejo. Lámparas de mesa suaves y discretas proporcionan una luz ambiental perfecta para relajarse antes de dormir, mientras que una lámpara de pie en una esquina del cuarto añade un toque de calidez y encanto. El arte y la decoración personalizan el espacio, añadiendo un toque de personalidad al dormitorio. Obras de arte cuidadosamente seleccionadas adornan las paredes, añadiendo color y textura al ambiente tranquilo y neutral. Fotografías familiares y recuerdos de viajes se encuentran dispersos por la habitación, recordando a Samantha las experiencias y momentos especiales que ha vivido a lo largo de los años.
Una estancia que tiene su propio baño, compuesto por una gran bañera exenta, un extenso espejo y estanterías de obra donde despliega su gran colección de productos de belleza.