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Si quieres que tu terraza o balcón parezca un jardín urbano, el césped artificial, y muchas plantas, te ayudará a conseguirlo, al mismo tiempo que proporcionará sensación de frescura. Olvídate de la imagen plasticosa y deslucida que recuerdas, ahora hay modelos que parecen naturales, incluso a la pisada. Sin olvidar que es menos complicado de mantener y de colocar, ahorra agua, está igual de bonito en todas las estaciones, no se estropea por las condiciones climáticas y es ideal para mascotas. ¿No te parecen razones suficientes?
¡Tenemos más! Es resistente a los rayos UV, por lo que no se decolora y luce siempre con el mismo verde todo el año, es un material seguro, higiénico, a prueba de resbalones y no precisa mantenimiento, pero agradece (o agradecemos) que le riegues de vez en cuando para dar sensación frescura. Aunque es fácil de instalar, es importante que coloques las piezas en la misma dirección, para que se vea homogéneo y no a franjas de colores, creando el efecto óptico de ‘campo de fútbol’. Evidentemente no todo son ventajas. Aunque los nuevos diseños son casi igual que los naturales, absorben más calor que los reales, por lo que puede resultar incómodo (y muy caliente), especialmente en las horas de más calor.
El abanico de tipos, texturas, tonalidades y densidades es inmenso. Por eso, te lo ponemos fácil con tres consejos y tres opciones que son perfectas para balcones y terrazas.
Calidad
No solo para que parezca real tanto en textura como en color o densidad, sino también por durabilidad y funcionalidad. Está claro que esa calidad se paga y que, a priori, sale más caro que el natural. Sin embargo, piensa en él como en una inversión a largo plazo, ya que puede durar una media de 8-15 años (algunos llegan a 20,) y, si está a la sombra, casi toda la vida. Aunque no somos adivinos, seguro que tendrás que cambiar antes tus muebles de jardín que este precioso suelo verde.
Altura
En el césped artificial ocurre como con los colchones, cuanto más alto mayor realismo, densidad y confort. Lo idóneo son entre 20-30 mm, aunque hay modelos que llegan a los 47, por lo que te parecerá que estás en un campo de golf, aunque solo veas edificios enfrente.
Densidad y suavidad
Cuanta más densidad de fibras tenga, mayor resistencia a la pisada y mayor realismo. Este valor se mide por el número de puntadas por metro cuadrado. Un césped de calidad debería tener más de 19.000 puntadas/m². También es importante tener en cuenta el Dtex, o lo que es lo mismo el grosor de las fibras, que nos dará la suavidad, la resistencia y el ‘efecto memoria’ (recuperación).
Fácil de montar. El modelo Runnen de Ikea es fácil de montar, ya que basta con encajar las piezas entre sí. Además, como las baldosas se pueden cortar se puede adaptar a las esquinas o elementos que encuentres y, si quieres limpiar por debajo, solo tendrás que levantar. Con estabilizadores de UV para aguantar una exposición prolongada a la luz del sol sin perder color, su precio es de 44,99€/paquete, e incluye 9 piezas de 30 x 30 cm.
Look y pisada natural. El New Tanzania de El Corte Inglés (23,96 €/m²) mide 40 mm de alto y combina cinco colores: cuatro tonos de verde y uno beige que le dan gran realismo. Realizado en polietileno y polipropileno, con 31.500 puntadas/m² y 8025 DTEX. Además, es resistente a los rayos UV y 100% reciclable.
Para mucho trote. Con 40 mm de altura y 19.950 puntadas/m², el Milos de Leroy Merlin (23, 90 €/m²) tiene una alta resistencia al tránsito. Con fibras de polietileno y polipropileno de cuatro colores (verdes y beige) resulta denso, natural y confortable en la pisada. Drenante y resistente al cloro, los rayos UV y las temperaturas extremas, no amarillea y luce siempre perfecto.
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