Las ensaladas son una de las opciones más cómodas y saludables para incluir alimentos vegetales en nuestra dieta. Junto con la lechuga tradicional y sus variedades, añadir rúcula o canónigos es todo un acierto. Estos últimos suelen venir en bolsa, ya lavados y listos para servir, por lo que resultan muy cómodos de añadir a las ensaladas y guarniciones. El único inconveniente es que si no utilizas todo el contenido al mismo tiempo, pueden estropearse en cuestión de horas. Te contamos el truco para que la bolsa de canónigos o rúcula aguante más en la nevera, muy sencillo y eficaz.
Los ves tan frescos en la bolsa cuando los compras que parece mentira que se pongan feos con tanta rapidez una vez que has abierto el envoltorio. En cambio, una lechuga puede permanecer prácticamente inalterable durante días si la tenemos refrigerada. La diferencia es que los canónigos o la rúcula ya vienen cortados, y eso acorta el tiempo que van a permanecer frescos. Lo mismo pasaría si cortas la lechuga en trozos para utilizar directamente y la intentas conservar: no duraría más de 2-3 días.
La clave para que una bolsa de brotes abierta dure más tiempo en la nevera es evitar que acumule humedad, ya que esta es la responsable de la aparición de bacterias que descomponen las hojas. Puedes conseguirlo introduciendo en la bolsa con los brotes que no has usado un trozo de papel de cocina o servilleta de papel y luego cerrando bien con una pinza. Para que este truco sea realmente eficaz, debes cambiar el papel que va a absorber la humedad cada día.
Otra opción es guardar los brotes de canónigos o rúcula en un recipiente de conservación, fuera de la bolsa en la que venían envasados. Para que de verdad esto funcione, pon en la base del recipiente el papel que va a encargarse de absorber la humedad. Y si quieres, para que sea aún más efectivo, puedes eliminar antes la humedad de los brotes con una centrifugadora manual, como la que se utiliza para quitar el agua de las hojas de lechuga.