Cuando lavamos la ropa pretendemos que quede perfectamente limpia y que, además, desprenda un buen olor. En principio para conseguir esto último solo haría falta utilizar un buen suavizante, pero cada vez más personas desean prescindir de este producto al hacer la colada. Puede ser por evitar productos químicos, por ahorrar o por sensibilidad de la piel. Por eso es importante descubrir alternativas al suavizante tradicional, como este truco para lograr que la ropa esté perfumada cuando sale de la lavadora. Es sencillo, eficaz y barato, así que no te lo pierdas.
Solo necesitas añadir dos ingredientes a tu lavadora para conseguir que tu ropa huela tan bien como quieres: vinagre blanco y aceites esenciales. La combinación de ambos es muy efectiva y resulta sostenible, además de ser económica.
El vinagre blanco no puede faltar en casa, no solo para la cocina, sino también para utilizarlo en la limpieza del hogar. Ahora, además, puedes utilizarlo cuando laves la ropa en la lavadora. Los aceites esenciales están repletos de propiedades beneficiosas y puedes elegir tus aromas preferidos: lavanda, limón, eucalipto, mandarina… Lo más importante es que elijas aquellos que sean de calidad, para garantizar su eficacia y que sean respetuosos con tu piel.
El procedimiento no puede ser más sencillo. Solo tienes que poner una taza de vinagre blanco en el compartimento del suavizante y añadir unas gotas del aceite esencial que prefieras. Ahora bien, es importante que no te excedas con la cantidad, porque los aceites esenciales deben utilizarse perfectamente diluidos. La recomendación es utilizar de 5 a 10 gotas por cada 100 ml de líquido, así que en cada lavado no deberías añadir más de 3 gotas. Es más que suficiente y, además, el aceite te durará mucho tiempo.
Además de ser un producto barato, el vinagre blanco tiene propiedades muy interesantes para tu ropa y tu lavadora que no debes pasar por alto: neutraliza olores, preserva el color de las prendas y es capaz de suavizar los tejidos. Por otro lado, el vinagre mantiene limpio el interior de tu lavadora, entre otras cosas porque puede eliminar los restos de detergente que se acumulan ahí, y a veces también en la ropa.