Congelar alimentos o comprarlos directamente de la sección de ultracongelados es todo un acierto. Nos permite planificar menús y aprovechar la comida cocinada, reservándola para más adelante. Si se hace de manera adecuada, el sabor y los nutrientes de los alimentos, además, no tienen por qué verse alterados. Y para que esto sea as es imprescindible saber cómo descongelar alimentos correctamente. El principal motivo es evitar una intoxicación alimentaria, y no hay mejor forma de conseguirlo que prestando atención a lo que dice la ciencia al respecto.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha elaborado una guía con consejos sobre la descongelación segura de los alimentos que deberías tener muy en cuenta y que te referimos a continuación. El peligro está en que las bacterias que contienen los alimentos congelados pueden proliferar durante la descongelación y causar la temida intoxicación. Así que ¡toma nota!
No cocines un alimento antes de que haya terminado por completo el proceso de descongelación. Las excepciones son aquellos alimentos que, según indicación del fabricante, pueden cocinarse congelados.
A la hora de descongelar, toma solo la cantidad que necesitas y, cuando sea difícil separar las piezas, por ejemplo si son gambas o guisantes, parte la totalidad en bloques sin sacar del recipiente original y deja fuera solo los que vas a utilizar, guardando el resto al instante en el congelador.
Descarta para siempre la idea de descongelar los alimentos a temperatura ambiente. La descongelación ha de realizarse en la nevera, por lo que calcula que vas a necesitar un mínimo de 24 horas para que se lleve a cabo por completo.
Para descongelar frutas y verduras no es necesario esperar el mínimo de 24 horas. Este tipo de alimentos permiten la descongelación bajo el chorro del agua fría procedente del grifo.
Utiliza recipientes separados cuando vayas a descongelar alimentos como la carne, el pescado o el marisco para evitar cualquier tipo de contaminación con el resto de comida que haya en tu nevera.
Lo que se ha descongelado, no debe volver a congelarse. Si lo haces aumenta el riesgo de proliferación de bacterias y, por lo tanto, el de intoxicación.
Estas indicaciones son necesarias siempre en la cocina, y no debes bajar la guardia cuando manipules alimentos congelados: