Así es la casa de María, la madre de Jesús Calleja, en el centro de León: un piso con mucha personalidad


María Calleja, madre de los aventureros Jesús y Kike Calleja, nos abre las puertas de su piso de León
Su casa está repleta de cuadros que ha hecho ella misma, pero también de sus flores o representaciones de estas
María, sobre ser la madre de Jesús Calleja: "No me siento diferente, soy una mujer normal de pueblo
La madre de Jesús y Kike Calleja nos ha abierto las puertas de su casa, en exclusiva para Divinity.es. María Calleja vive en un acogedor y luminoso piso en pleno centro de León, rodeada de arte que ella misma ha creado, de objetos que ha traído de sus viajes a Nepal, y de las flores que tanto le encantan y le inspiran para escribir poesía. Sus hijos aprovechan siempre que pueden para visitar a su familia en León, pero también para impregnarse de la naturaleza de esta provincia a la que llaman "hogar".

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Nada más llegar a su casa, y tras una cálida bienvenida de lo más cercana, María Calleja nos enseña una de las estanterías de su casa, repleta de objetos que ha traído de Nepal. Este es uno de sus países favoritos, que ha visitado durante un mes entero en compañía de sus hijos. La mayoría de los objetos que nos enseña han sido traídos de Patan, el mismo lugar del que procede Ganesh, hijo adoptivo de Jesús Calleja. Ganesh llama "mamá" a María a pesar de ser su abuela de adopción, ya que se ha criado en su casa, nos cuenta ella misma. Patan es una ciudad nepalí ubicada en el Valle de Katmandú. Katmandú es la capital del país.
Entre los objetos nepalíes que nos enseña están unos platillos musicales y un incensario traídos de un monasterio. Este último recuerda a los que se usan en la Semana Santa de nuestro país. También nos muestra un collar hecho de huesos, un monedero que le regalan los hombres a las mujeres para que lleven colgado de las faldas, una especie de puchero, o un recipiente metálico que usan en Nepal como porrón, u otro que usan para almacenar el raksi, la bebida alcohólica destilada tradicional de Nepal, India y el Tíbet que se obtiene del mijo. Una bebida que, según nos cuenta la madre de Calleja, allí está reservada exclusivamente para los hombres.
Nepal es especial, atrapa, no solo sus vistas y sus paisajes, que es una maravilla. También el modo de vivir de las personas y su cultura
Todos los objetos están hechos de metal, para que duren toda la vida. Por último, nos enseña un enorme cuenco tibetano, mostrándonos su cautivador sonido cuando lo golpea con la maza destinada a ello. Está hecho de una alienación de 8 metales, y se usa con fines terapéuticos. María Calleja no esconde su amor por este país que tantas veces hemos visto en televisión a través de los ojos de su hijo: "Nepal es especial, atrapa, no solo sus vistas y sus paisajes, que es una maravilla. También el modo de vivir de las personas y su cultura".
Las flores son las grandes amigas de la madre de Calleja

María ha confesado en numerosas ocasiones su amor por las flores y las plantas, como una "mujer criada en el pueblo" que es, y como se define. En su piso de León no puede tener tantas plantas como le gustaría, pero sí que tiene varias macetas en su pequeña terraza. También tiene una planta enorme detrás de la puerta de entrada, en la que ha escondido un cencerro de vaca, para que cuando entra en casa se sienta como en su propio pueblo.
En la visita, María nos dice que le gusta hablar a las flores o cantarles canciones, como seres vivos que son. Entre risas, afirma un "se pensarán que estoy loca, pero me da igual". María Calleja fotografía a sus flores siempre que puede. Son esas fotografías las que ilustran los tres poemarios que ella ha publicado: 'Poemas entre flores y espinas', 'Versos otoñales en el molino' y 'Pensamientos y reflexiones'. Son las flores su principal inspiración para escribir. De hecho, también es conocida su faceta como influencer. Su cuenta de Instagram, @mariacalleja1, tiene ya casi 22.000 seguidores. En ella comparte sus poemas recitados, siempre rodeada de flores. A veces, en algunos vídeos, ni siquiera sale ella, sino que enfoca a las propias flores y recita por detrás los poemas, dándoles el protagonismo que se merecen.

Sus libros, junto a los libros de Jesús Calleja
Junto a sus libros publicados, María tiene estanterías llenas de libros y de materiales que usa en su día a día como brochas de pintura o pesas con las que, a veces, entrena. Entre los libros que duermen en su estantería, encontramos algunos de los publicados por Jesús Calleja: 'Manual del joven aventurero' o, 'Si no te gusta tu vida, cámbiala'.

Los vinilos hechos con las fotografías de sus flores

También con estas fotografías de sus flores del pueblo, la madre de Calleja ha mandado hacer unos vinilos que decoran las puertas de cristal que separan las distintas estancias de su casa. Una idea muy original, que hace que siempre se sienta acompañada por sus "mejores amigas" las plantas. "Me crie en el campo, y para mí es vida. Lo que escribo es recordando mi vida de infancia en el campo, o de la época en la que tuve una casa rural", relata María.
Los sombreros que decoran también su casa

La casa de María está decorada con muchas fotografías familiares, pero también con un montón de cuadros que ella misma pinta. Cuando no tiene recados que hacer, le encanta dedicar su tiempo en entretenerse con el arte. Escribe poesía, pero también pinta, canta, y le encanta la moda. Algo que, quizás, le venga de su profesión como peluquera. En concreto, su accesorio favorito son los sombreros. Desde pequeña se le inculcó que había que protegerse la cabeza del sol, y ahora ella misma diseña sus sombreros de colores a juego con sus outfits. La ropa que había elegido el día de la entrevista era rosa, y el sombrero escogido para la ocasión, de haber sido uno, sería el rosa. María compra los sombreros y pega en ellos distintas flores de plástico para crear unos preciosos diseños, que no ha dudado en enseñarnos orgullosa en la visita a su piso de León.
La madreña pintada de la madre de Calleja

Entre los múltiples entretenimientos que ocupan la vida de María Calleja últimamente, está su pertenencia a una asociación de madreñas, unos zuecos tradicional de madera, originarios de Asturias y León, que se fabrican a partir de una sola pieza de madera y se han usado como calzado de trabajo en el campo. Hace poco le regalaron una madreña de color negro, un color que aborrece. Entonces, decidió aplicar su talento artístico y decorarla con colores para convertirla en un cuenco que sirve como macetero, para guardar objetos o, simplemente como centro decorativo de mesa.

Así es la casa de María Calleja, tan luminosa y colorida como su personalidad. En nuestra visita a su piso de León, María nos ha demostrado ser una mujer que, con 82 años de edad, está tan llena de vitalidad como sus propios hijos.
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