Will Smith y Jada Pinkett siguen afianzando su relación y su familia con una nueva ilusión; el matrimonio se ha comprado una estupenda mansión en Hidden Hills, California. Los Smith-Pinkett han pagado la friolera de once millones de dólares, es decir, poco menos de 10 millones de euros.
La vivienda tiene varias características que nos dejan sin respiración. Esta consta de 3.100 metros cuadrados y las obras terminaron hace poco menos de dos años. Además, se puso en el mercado en el verano del año pasado. La pareja ya ha vivido en otras ocasiones en este mismo barrio por lo que se conocen a la perfección donde está el supermercado, los mejores restaurantes y donde pueden pasear con sus hijos y sus perros.
Will y Jada son padres de dos jóvenes, Willow de 21 años y Jaden, de 24. Además, el actor tiene un hijo del matrimonio anterior, Trey, que ya ha cumplido los 29. Eso sí, en el caso de que coincidan todos en la casa no va a pasar nada. La vivienda cuenta con seis habitaciones en la primera planta y otros seis baños completos.
Además, según las fotos que se han hecho públicas, podemos ver como la casa tiene una decoración muy moderna y las distintas estancias están abiertas, combinándose con la amplitud que le proporcionan los techos altos. También, podemos ver que es muy luminosa.
La casa tiene una sala multimedia que está insonorizada, una sala de billar, una piscina infinita en el exterior, una pista de baloncesto y varios patios cubiertos. También, cuenta con un amplísimo jardín y un gimnasio con su respectiva ducha de vapor. La habitación del matrimonio tiene una característica chimenea, una zona de descanso, dos vestidores, una pequeña nevera y una zona para hacerse café.
La familia dejará atrás su anterior casa, una vivienda de 40 millones de euros e inspirada en los colores de Marruecos, caracterizada por colores vivos y muebles originales. Es muy posible que la pareja cuenta con la ayuda de un decorador e interiorista para decorar esta nueva casa en la que tanto ilusión han puesto.
Eso sí, desde el año 2003, la pareja de actores son dueños de otra propiedad situada en Hidden Hills, una casa estilo rancho que ha ocupado su hijo Jaden. También, Will compró, por casi tres millones de euros, una moderna casa en las colinas de Malibú. De la misma forma, tienen otras propiedades en Woodland Hills, Pensilvania, Maryland y Utah.