¿Quién no ha estado alguna vez de fiesta en casa de los Javis? Si te dedicas a la farándula y tu respuesta no es un 'sí' es que no has ascendido a la categoría de vip. Sus afters postGoya o sus cocidos de domingo son legendarios. Y un escenario tan cinematográfico merecía tener una visibilidad que no entiende de privacidad. Los que llevan siguiendo a esta pareja de creadores desde antes de que pusieran a cantar a Dios por Whitney Houston en 'La Llamada' se sabrán de memorieta esas cuatro paredes con tanta historia para nuestra cultura pop. Y también estarán al tanto de que ese apartamento en el que crecieron como directores tiene los días contados. Varios medios ya han inmortalizado a los autores de 'Paquita Salas' buscando nuevo hogar a las afueras. Por eso es el momento de colarnos en el actual, aunque sea de forma virtual.
Su primera casa estaba en la calle Corredera Baja. Más tarde se fueron a La Latina. Pero su primer éxito, ese loco musical integrado en un campamento religioso, les 'obligó' a estar (todavía) más cerca del Teatro Lara, su templo. Por eso, y porque necesitaban más espacio para Susi y Mery, sus perras, volvieron a Malasaña, el que siempre será su barrio.
Allí engendraron el que fue el núcleo de la segunda movida madrileña, una corriente de la que muchos ya les han aupado como precursores. No solo por los bailes que han soportado esos bien aprovechados metros cuadrados, que también. Sobre todo por su talento, ese que ha hecho que hablar de ellos como los herederos de Almodóvar ya esté tan escuchado como confirmado.
Antes de reformarla y hacerla suya, no había ni rastro de ese rollito 'open concept' que tanto les gusta a los gemelos Scott. Todo era más compartimentado, con habitaciones muy estrechas que hacían que las fiestas organizadas por Javier Calvo y Javier Ambrossi "tuvieran más misterio", como comentaron a los compañeros de AD hace un par de años. Al tirar paredes ganaron en luz, rescataron unas vigas de madera vista y consiguieron que la cocina, el salón y el despacho fuese un mismo espacio.
En su sofá cama, donde asumen que ha dormido demasiada gente, trastean con la tele. Un orejero del mismo tono les sirve para disfrutar de sus ratos de lectura. Y para romper con la gama de grises, presidiendo junto a los dos ventanales, cuentan con un retrato de Michael Jackson firmado por Fabio McNamara que ahora han trasladado a su oficina y por otra obra de arte, 'Las chicas', un cuadro del catalán Albert Madaula.
Sin pared de por medio nos encontramos el despacho. Hace unos meses decidieron montar una oficina en otra casa bastante más amplia que también da mucho juego para celebrar saraos. Al menos antes de que la covid-19 los cancelase. Pero hasta hace nada, en esa amplia mesa con vetas que siempre está sepultada por papeles se sentaban a escribir los guiones de sus hits audiovisuales. Rodeados de ellos, el sueño de Ambrossi: tener todos sus libros reunidos en una biblioteca en la que entra todo. Desde Zadie Smith hasta J. K. Rowling.
En las paredes tienen colgadas a Paquita, María Casado o Cristina, los personajes que les han convertido en lo que son. Sobre la chimenea (dónde no) están sus premios Feroz. Y si nos saltamos el cuarto, un único dormitorio poco inmortalizado con baño incorporado y vestidor compartido, llegamos a la cocina, su joya. Lo que ha dado de sí esa olla exprés...
"Tener una cocina grande, con luz y con cristalera es un sueño", explica Calvo en este vídeo. Y tiene razón: es funcional, con mucho almacenaje y apta para los propensos al desorden. Otro espacio a su medida que, como el resto del piso, fue diseñado por el experto en decoración Lorenzo Meazza.
De decidir abandonarla y cogerse una vivienda unifamiliar con mucho más espacio (y menos vecino al que molestar), los Javis podrían decir adiós al lugar donde se confinaron, ese en el que se instalaron por el ambiente que te encuentras según pones un pie en la calle y del que alguna vez se quejaron por los problemas de aparcamiento. Pero toca abrir una nueva etapa. ¿Terminarán convirtiendo esta casa en patrimonio de la humanidad?