“Bienvenidos por fin a mi casa. Siento haberos hecho esperar un poco, quería que la casa estuviera terminada”. Con estas palabras María Fernández-Rubíes daba la bienvenida a sus seguidores y empezaba el house tour de su nueva vivienda en Instagram. La influencer y su marido, el odontólogo Manuel Losada, han cumplido su sueño y se han mudado junto a su hijo Nico a una amplia casa de dos pisos en la que destacan las grandes cristaleras, los espacios abiertos, una decoración industrial y muebles con formas redondeadas. Aunque le dio “mucha penita” salir del nido de sus padres, la joven está encantada de ser la nueva vecina de María Pombo, cuyas casas parecen cortadas por el mismo patrón al compartir interiorista, Paty Pombo:
En primer lugar, María nos enseñaba al detalle el jardín que está trabajando su marido. “Nada más entrar está el jardín, está en construcción, lo está haciendo Manu. Está mezclando diferentes plantas con árboles, enredaderas”. Desde aquí podemos acceder a la vivienda a través de unas cristaleras que realizan la función de ventana y de puerta.
“Da muchísima amplitud y muchísima luz, que es de las cosas que más me gustan y que más me enamoraron. Tanto esta zona para la naturaleza como el interior del inmueble disponen de un mismo suelo porcelánico que otorga continuidad entre habitaciones.
En cambio, si decidimos entrar por la puerta principal, topamos con un hall en el que han ubicado un espectacular mueble de obra utilizado como elemento separador del salón. El matrimonio ha empleado doble función a este mueble: en el lado que da a la calle para almacenar distintos objetos en sus cajones y en el costado del salón para sostener una enorme televisión plasma.
Una mesa de mármol, butacas de anticuario, distintos y originales cuadros, un eucalipto seco e incluso un fósil es el mobiliario más destacado de este amplio salón, dividido en dos zonas. Una parte de relax en la que destacan sofás en tonos blancos situados frente a la tv y otra zona con mesa de marmolista y un juego de ocho sillas de bambú.
“Esta zona nunca la habéis visto”, advertía Frubies mientras abría las puertas del trastero. “Es muy grande, pero yo necesitaba que fuese grande sobre todo porque tanto Manu como yo almacenamos muchísimas cosas: él de deporte y yo, desgraciadamente, de ropa”, bromeaba. Además esta amplía habitación también es la “zona de lavandería, plancha, zona de despensa” y están preparando un apartado donde instalarán el gimnasio.
Junto al salón se encuentran las originales puertas que se encontraron en un derribo y que adaptaron para acceder a la cocina. “Tiene esta isla, que también tiene forma curva, porque es superimportante para mí el juego de luces y las curvas, todo tiene forma redondeada”, recalcaba la gran importancia que tenía para ella que todo tuviese esta forma. Una sala equipada con la marca con la que colaboran y que llama la atención por su campana en forma de televisión.
De la misma forma que con la entrada de la casa, en la cocina existen ventanas-puertas para acceder a una zona exterior que reconoce que sigue en construcción. “Lo que tenemos es como una mesa de comedor para comer en la parte de fuera cuando haga bueno. La idea es poner una pérgola pero que no le quite la luz, pero para protegerlo un poco si llueve”, comenta mientras muestra una mesa que tenían en su anterior casa decorada con plantas y una mantelería en tonos rosas y salmón.
María tiene en mente realizar en la parte derecha de esta zona una zona chillo ut con sofás y a la izquierda una piscina para los meses de calor.
En la planta superior estarían todos los dormitorios excepto la del servicio, que estaría situada detrás de la escalera y contaría con una cama individual y una televisión plasma.
Subiendo las escaleras llegamos al dormitorio principal, que también dispone de mucha luz natural, una amplia cama de matrimonio, una original mesilla que era el pupitre antiguo de una escuela, un pequeño olivo, un espejo de cuerpo entero, otro mueble de obra curvo y un balcón al que han adornado con plantas.
Una de las zonas favoritas de la casa para María es el vestidor. Aquí guarda todos los outfits y complementos con los que triunfa en redes sociales. Cajones llenos de joyería, bolsos, zapatos e incluso uno para las mascarillas. “Tengo que ordenarlo por colores, como a mí me gusta”, afirma en esta grabación. Un detalle curioso de esta estancia es que, a través de un mecanismo, la ropa situada en el armario superior desciende para que esté a la altura de la influencer y no necesite así escaleras.
En la planta superior también está el dormitorio de su hijo Nico, adaptado a sus gustos. Papel de animales, cuna con dosel, silla mecedora y una gama multicolor en la pared que se sale del blanco que baña toda la casa.
Para finalizar este recorrido, María ha mostrado en este vídeo hasta tres baños: uno para el pequeño, otro para los invitados y uno para el matrimonio. “Espero que os haya gustado”, despedía el housetour pidiendo a sus seguidores que le den su valoración general.