Dafne Fernández se convertía en madre por segunda vez a finales del año pasado. Tras Jon, que acaba de cumplir tres años recientemente, llegaba la pequeña Alex, de cuyo crecimiento ha dado cuenta en su Instagram. Ser madre, ha declarado en alguna ocasión, es "el papel más importante" de su vida. De ahí que la maternidad y el cuidado de sus hijos sean algunas de las cuestiones que más interesan a su público. Curiosidad que se extiende al entorno en el que se desarrolla su vida doméstica: su casa. La actriz comparte habitualmente imágenes que nos han permitido conocer su hogar, en el madrileño barrio de Chamberí, pero ahora ha enseñado como nunca el interior de la habitación de sus dos hijos, renovada recientemente.
La actriz ha mostrado ampliamente su hogar en su cuenta de Instagram, donde sus más de 300 mil seguidores han podido colarse en la mayor parte de rincones de la vivienda que comparte con su marido, Mario Chavarría, con quien este verano celebraba cuatro años de casados. Un piso muy luminoso y amplio, presidido por impresionante salón con vigas vistas y zonas diferenciadas. Varios espacios habían aparecido en sus publicaciones, pero los dormitorios habían permanecido al margen. Hasta ahora: la actriz ha colaborado en un vídeo con una conocida marca de decoración y muebles, en el que ha abierto las puertas a la habitación de sus dos hijos, que ha renovado por completo.
En el mencionado vídeo, que Dafne ha complementado publicando un carrusel de imágenes en su perfil de Instagram, la actriz posa también con sus hijos en el salón de su casa. Pero el dormitorio infantil centra buena parte del metraje. La protagonista de 'Tierra de lobos' reconoce que ahora, a través de los ojos de Jon y Alex, vuelve a revivir su propia infancia, desde una nueva perspectiva.
Por lo que ella misma ha explicado, el cuarto de sus pequeños tiene una clara referencia que ha servido de inspiración. Cuando era niña, Fernández era muy aficionada a las aventuras de Punky Brewster, la sitcom americana protagonizada por Soleil Moon Frye que triunfó entre el público español infantil cuando se emitió en la década de los 90. Para Dafne el dormitorio de la protagonista, muy loco, colorido y con muebles "de adulto", era la habitación de sus sueños. Y ha querido hacerle un homenaje a la hora de montar el cuarto de Jon y Alex, que sigue una línea decorativa parecida.
Las tres máximas de Fernández para el cuarto de sus hijos son las siguientes: que fuese un espacio cálido y en el que apetezca estar, que se vaya amueblando poco a poco según surjan las necesidades, y por último, el color, una chispa necesaria según la madrileña, que encanta a los niños. La habitación de Jon y Alex cumple con todas ellas, y se trata además de un lugar de estética madura y adulta. Como ella misma afirma, "no es una habitación infantil de manual", cuenta con varios muebles muy versátiles, que podrían estar realmente en cualquier parte de la casa.
La habitación está estructurada en tres zonas: de juegos, de descanso y de almacenamiento. Las paredes son blancas y el suelo de madera clara, pero la práctica totalidad del resto de elementos llenan el espacio de color. La cama de Jon es uno de ellos, bajita y con doble colchón, mezcla el tono de la madera de la estructura superior con el amarillo intenso de la funda exterior, llena de cojines. La forma crea una especie de cama-casita y, por su composición, puede desdoblarse dando espacio a algún invitado.
En el centro descansa una alfombra en color beige, sobre la que se disponen algunos juguetes, como varios peluches grandes, o una manta de actividades en color azul. La zona está pensada para que los niños disfruten jugando, algo que se puede corroborar en las imágenes. El resto de la estancia cuenta con varios lugares destinados al almacenamiento de las cosas de los niños. Al fondo se encuentra una cómoda en color azul grisáceo, que era originariamente el cambiador de Álex, pero que ha sido reconvertida y ahora almacena ropa de los niños y material para que puedan hacer manualidades.
Frente a ella se sitúa un mueble más alto, en azul oscuro, que combina cajones y estantes, y que Dafne asegura que robará en algún momento a sus hijos. "Quedaría ideal en el salón", admite riendo. En él se encuentran varios juguetes de los pequeños, así como una gran caja amarilla que sirve para tener la habitación en orden.