La finca Yerbabuena se convirtió en el refugio de Rocío Jurado durante sus peores momentos. La espectacular parcela fue adquirida por su marido, José Ortega Cano, en junio de 1994, y su propietario era Juan Antonio Ruiz, Espartaco, quien la había bautizado como ‘Matute’. Esta estaba en la localidad sevillana de Castilblanco de los Arroyos y poseía unas impresionantes 800 hectáreas.
Cuando llegó a las manos de la exitosa pareja fue bautizada como Yerbabuena y se convirtió en el lugar favorito para pasar tiempo en familia y para sus celebraciones más especiales. Es por eso que Jurado y Ortega Cano decidieron construir una ermita en su interior, que fue testigo de su propia boda y, también, la de su hija Rocío Carrasco con Antonio David Flores. Además, allí también se produjo el bautizo de Gloria Camila y José Fernando en febrero de 2000.
Respecto al interior de la misma, que tan importante fue para toda la familia, los Mohedano siempre han resaltado que contaba con unas altas ventanas, lo que hacía que la luz de la naturaleza sevillana entrara a cada rincón de la vivienda. Además, esta estaba decorada con distintos motivos taurinos, haciendo un guiño a la profesión de José.
Tras la muerte de Rocío Jurado, José se quedó con la casa que él mismo había comprado. Aunque eso sí, decidió ponerla en venta. La transacción se llevó a cabo en el año 2013 y se vendió por cinco millones y medio de euros. La afortunada que adquirió la vivienda fue la empresaria y ganadera peruana, Rocío Leonor. Aunque eso sí, no fue nada fácil hacerse con la casa, ya que en 1992 se interpuso una denuncia por unos ecologistas debido a que alegaban que el camino pasaba por unas vías pecuarias de la zona.
En la actualidad se utiliza para la celebración de eventos. Cuenta con un patio, el salón Rocío Jurado, la ermita de la Virgen, la laguna Dehesa y hasta un salón con carpa para organizar bodas. Es por eso que uno de sus usos fundamentales es la celebración de bodas, ya que además sigue contando con la ermita para aquellos enlaces religiosos.
También, en ese lugar se puede disfrutar de la montanera, es decir, la última fase de la cría del cerdo ibérico, dejándola pasar en la dehesa, donde se produce ese engorde más tradicional. Además, en la dehesa se realizan los productos derivados del cerdo ibérico de manera limitada y exclusiva. También, se puede visitar la ganadería que allí poseen, donde se encuentran el toro bravo y una yeguada. Por tanto, la finca se ha convertido en un lugar de peregrinación para una infinidad de turistas, que pueden recorrer cada tramo de la que fue la casa más especial de Rocío Jurado.