El edredón es nuestro gran aliado todos los inviernos. Aunque eso sí, se trata de un complemento que habrá que cuidar de forma adecuada para alargar, en perfectas condiciones, su vida útil. Así, será importante saber cómo guardarlo, para conservarlo y que ocupe el menor espacio posible.
Antes de nada deberás saber que los edredones se pueden diferenciar entre aquellos de fibras sintéticas y de plumas naturales. Ambos pueden lavarse en casa, siempre que quepan dentro de la lavadora, ya que si la forzamos puede llegar a romperse. En el caso de que el tamaño del nórdico pueda meterse en la máquina deberemos meter dentro de la lavadora varias pelotas de goma o de tenis. Esto ayudará a que se separen las fibras del edredón o las plumas mientras se lava y evitará que se apelmacen.
Será muy importante que utilices unos detergentes suaves y con fragancias sutiles. Además, es muy importante que no uses lejía para lavarlo, ya que puede estropearlo fácilmente. Una vez que ya está lavado el edredón habrá que evitar colocarlos directamente al sol para secarlos, ya que podrán decolorarse. Ese secado también debe ser rápido para que no proliferen las bacterias.
Respecto al lugar donde guardarlo, lo más recomendable será meterlo en un canapé abatible, donde podrás disfrutar de más almacenaje. Además, será un lugar de fácil acceso y no te quitará lugar para otros objetos. Para que ocupe el menor sitio posible, lo mejor será que se envase al vacío. Para ello, deberás comprar una bolsa apropiada para ello y utilizar una aspiradora para aspirar el aire que pueda quedar dentro de la bolsa y provocar ese efecto de envasado al vacío. En el caso de que no puedas hacerlo al vacío, puedes usar una bolsa de basura grande o cualquier caja de almacenaje, preferiblemente con un buen cerrado.
Una vez que lo tengas guardado debes saber que no se deberá poner peso encima y habrá que añadir una bolsita antipolillas, para protegerlo adecuadamente.