Cómo limpiar la vitrocerámica sin dejar rasguños: desde el bicarbonato y el limón a los productos específicos
La vitrocerámica es uno de los elementos de nuestra cocina que más utilizamos.
Debido al frecuente uso, también se ensucia con más facilidad.
Será importante limpiar la vitrocerámica a diario para mantenerla en perfecto estado y sin rasguños.
Cuando cocinamos, lo más normal será que la vitrocerámica se llene de restos de alimentos o de líquidos. Por eso, será muy importante saber cómo quitar bien toda esa suciedad, ya que puede llegar a quemarse y estropear la zona. Con un buen mantenimiento conseguiremos que no se raye y, además, que su brillo se prolongue durante más tiempo. Lo más importante será saber elegir los productos que vamos a usar para limpiar la vitro. Para ello, nos tendremos que fijar en cómo está de sucia la vitrocerámica y qué tipo de manchas presenta.
1. Bayeta húmeda y un poco de jabón
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Cuando la vitrocerámica tiene suciedad superficial, lo mejor será utilizar una bayeta húmeda con un poco de jabón para lavavajillas. Cuando hayan desaparecido todas las manchas y salpicaduras habrá que aclarar toda la superficie y secarla con un papel absorbente.
En cualquier caso, lo más recomendable será esperar a que la placa se haya enfriado por completo. En caso contrario, el producto no servirá para limpiarla, sino para ensuciarla aún más.
2. Limón
En un primer momento habrá que eliminar toda la suciedad con un poco de agua y jabón. Después, se podrá aplicar un poco del zumo de un limón sobre aquellos restos que se han quedado pegados. Tras la aplicación, habrá que esperar hasta que se ablanden y retirar con una bayeta.
3. Rasqueta
Para eliminar aquella suciedad más complicada, lo mejor será usar una rasqueta especial para vitrocerámicas. Es importante no usarla de forma vertical, sino en horizontal y sin apretar, pero con firmeza. Una vez que se han eliminado las manchas habrá que aplicar un poco de agua con jabón o algún producto de limpieza para vitro y aclararlo con agua.
4. Bicarbonato con agua
En el caso de que la vitro tenga varias manchas quemadas se podrán quitar con un poco de bicarbonato y agua. Habrá que crear una pasta y aplicarla en la superficie quemada. Si la mancha es especialmente complicada, lo mejor será añadir un poco de zumo de limón o de vinagre. Habrá que dejar actuar la mezcla durante unos minutos y, luego, retirarla con una esponja húmeda.
Cómo prevenir las manchas
En cualquier caso, lo mejor será intentar prevenir estas manchas. Para ello, no habrá que dejar alimentos cocinando sin ninguna vigilancia, tapar siempre las cazuelas y las sartenes, quitar todas las salpicaduras, limpiarla después de cocinar, no arrastrar las cazuelas y utilizar vinagre para recobrar ese brillo que se ha perdido.