‘Los Serrano’ fue la última “gran serie” de la televisión española. No porque no haya habido buenas series después, sino porque fue la última en petarlo antes de que las audiencias se dividieran entre miles de pantallas: antes de la TDT, de YouTube, de Netflix, de los smartphones… Fue la última gran serie porque fue la última en reunir a las familias en salón cada semana, cuando las cosas se veían cuando “se echaban en la tele” y no cuando a uno le apeteciera.
Ser un ídolo adolescente recién entrado en la veintena no es fácil, y probablemente tuvo un par de puntos extra de dificultad para Fran Perea hace 20 años. Demasiados ojos encima 24/7, unos para adorarle y otros para odiarle: la gente no tiende a las medias tintas cuando algo se vuelve un hit de la cultura popular. Y mucho menos teniendo en cuenta esa fascinación social por reírse y criticar sin filtros todo aquello que adoran las chicas jóvenes (ese melón habrá que abrirlo otro día).
Fran Perea gestionó ese bofetón de fama como pudo. Después salió corriendo, acabó quemado. Y volvió al teatro y a reencontrase consigo. Renegó de aquella fase durante años. También dejó de cantar. Y, con el tiempo, logró hacer las paces con esa etapa. Con esa serie y lo que significó. Volvió a pillarle el gusto al ‘1+1 son 7”. Su nuevo disco nace de revisar todo aquello desde el cariño y la nostalgia. ‘1+1 son 20’ son todas las canciones de entonces pero con la perspectiva de ahora.
En esta entrevista Fran nos habló de este nuevo disco, de lo jodido de gestionar la fama, de huir de ella y de cómo la gente de la calle le ha ido tratando a lo largo de todos estos años.
“La fama yo creo que es difícil de gestionar a la edad que te pille… sobre todo si te cambia la vida… te coge y te revuelca. Cuando te haces conocido (o más bien famoso) todo el mundo se diseña para que te vuelvas gilipollas. Te van a recoger, te llevan, te traen, las marcas te regalan cosas… Te vas a poder convertir en un gilipollas fácilmente”.
“Tienes que intentar mantener tus costumbres, tratar de no romper tus rutinas lo máximo posible para tener la cabeza en su sitio, y es complicado, sobre todo si te pilla con veintipocos años, que hay algunos elementos más que se añaden. Aparte es algo que no puedes entender en ese momento, que por mucho que tu quieras no lo vas entender en ese momento. Lo vas a entender con el tiempo. Cuando estás ahí metido en esa vorágine no sabes ni dónde tienes la cabeza”.
“Sí: hui, básicamente. Lo que hice fue huir. Yo tuve la suerte de que me llegara el éxito con ‘Los Serrano’ había hecho otra serie, venía de estudiar Arte Dramático en Málaga en una escuela, venía de trabajar en compañías de teatro… digamos que no era lo primero que me ocurría. Yo tenía ganas de hacer otras cosas aparte de ‘Los Serrano’ y de dar un paso atrás. Quizá coger un perfil más bajo”.
“Fue una decisión muy complicada, pero bueno, tomé la decisión de dar un paso atrás, me quité de en medio un poco y a partir de ahí empecé a construir un camino un poquito más alejado del mainstream, al que al final puedes volver en cualquier momento. Necesitaba cuidarme, saber qué me había ocurrido, poner mi corazón y mi cabeza en orden y a partir de ahí seguir construyendo proyectos interesantes”.
“¿Que si pagué una penalización? Sí. Por supuesto. Ya durante los últimos años en los que no terminábamos de llegar a acuerdos yo ya notaba la penalización, lógicamente. Te dicen: ‘Haz esto’, y tú dices, ‘Pues mira… es que no lo hago porque no me apetece’, la gente a la que dices que no luego dice, “Maldito seas, vamos a acabar contigo’... y pasan cosas. Pero nada grave. No puede pasar nada tan grave”.
“Cuando se genera un fenómeno como el que generé yo en su día (el fenómeno que fue ‘Los Serrano’) pues había una gran masa de gente que me adoraba, que estaba enamorada de mí, adolescentes locas que querían trozos de mi piel, de mí ADN… y luego estaba el sector de los niños que me miraban como diciendo ‘Este gilipollas que se habrá creído’, ‘Te voy a reventar la cabeza porque me estás quitando a la novia.
“Con el paso del tiempo se va suavizando todo, todo se va volviendo mucho más normal. La gente ahora puede entender ‘Mira, este es Fran Perea, este cantaba el 1+1 son 7, que salía en la serie de ‘Los Serrano’... jo, me encanta esa canción, los mejores años de mi vida…’ Ya empieza a entenderse por lo que fue realmente: un fenómeno que revolucionó la televisión de este país y ha quedado en el recuerdo como una marca generacional”.
“Ahora además con las reposiciones que se han ido haciendo se han ido enganchando gente más joven y es curioso porque ahora tengo un público, como dice un amigo mío, del parchís: de 0 a 99 años. Son brutales mis conciertos, son una cosa muy graciosa porque viene gente de muchas edades. Es algo muy diferente, muy bonito”.
“Ya no hay tanto estrés en esa forma de verme, ni pa un lao ni pa otro, es algo más tranquilo. Después hay mucha gente que me ha ido siguiendo en otros trabajos, en teatro, o que sabe un poquito más de mí. Hay algo más de poso, algo más interesante en la imagen que la gente tiene de mí ahora”.