La poeta rumana Ana Blandiana se ha alzado con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2024 cuya ceremonia de entrega, que nos deja solemnes looks para el recuerdo, se celebrará el próximo mes de octubre. Aunque no es una autora muy conocida en nuestro país, sí que se ha traducido su obra ampliamente en castellano. Además, en su país tiene un peso comparable al de Anna Ajmátova en Rusia.
Como suele ocurrir en algunos de los grandes autores su obra está influida por su historia personal, con implicaciones, por supuesto, de todos los sucesos que han ocurrido a lo largo de la historia de su país. La poeta es hija de un escritor y sacerdote ortodoxo que fue encarcelado por oponerse al gobierno comunista y murió al poco de salir de prisión. Con esta implicación, Ana entiende la poesía como una especie de resistencia moral y de su obra se deprende el entendimiento del destino individual como una consecuencia del destino colectivo.
En 1964 lanzó su primer libro de poemas llamado 'Primea persona del plural', pero fueron sus obras posteriores las que le reportaron un mayor éxito entre el público: 'El talón vulnerable', publicada en 1966 y 'El tercer sacramento', que vio la luz en 1969. Además de su producción literaria escribió para las revistas 'Viata Studenteasca' y 'Amfiteatru' y es en estos medios donde vieron la luz algunos de sus versos más conocidos que se convirtieron en insignias contra la dictadura comunista de Ceaușescu. Otra labor que desempeñó, relacionada con la literatura fue la de bibliotecaria en el Instituto de Bellas Artes de Bucarest.
Su obra huye de la pura estética y se alza como herramienta de lucha, pero además los críticos literarios la han calificado como una búsqueda contenida y constante y como la permanencia de los pasajero que va dejando testimonio de su fe en ella y en su comunidad. A pesar de no tener un lugar privilegiado en lo más alto de la literatura su trabajo se compara al de grandes de este arte como Edgar Alan Poe, Julio Cortázar, Franz Kafka, Ernest T. A. Hoffman o Jorge Luis Borges. También se destaca de ella precisamente que ha sido testimonio de la parte de la historia que ha presenciado, su lucha contra la censura y su invitación al pensamiento sobre la condición humana y la creación artística. Otros temas que ha tratado ha sido la inocencia, la muerte, la supervivencia, el amor y la responsabilidad ante el terror.
Este galardón nació en el años 1981 con el objetivo de destacar a aquellos autores, grupos de personas e instituciones con talento extraordinario en este área, que tiene una pluma personal y reconocible y que son capaces de transportarnos a mundos paralelos donde todo es posible. En definitiva aquellos autores que han tenido algo que decir a lo largo de la historia de la Literatura y la Lingüística. El primero en recibir esta distinción fue el madrileño José Hierro y tras él se han sumado grandes nombres como Juan Rulfo, Camilo José Cela, Mario Vargas Llosa -quien ha ocupado titulares de la prensa rosa por su relación con Isabel Preysler-, Carmen Martín Gaite, Francisco Umbral o Doris Lessing. El último en recibirlo, antes que la poeta rumana fue el japonés Haruki Murakami.