La fascinante vida de Martha Stewart: de ama de casa a primera mujer influencer y milmillonaria de EE.UU.

¿Quién es Martha Stewart? Esta mujer adelantada a su tiempo, amada y odiada a partes iguales, símbolo de la contracultura de los 80 e influencer primigenia (casi casi como Isabel Presyler) es muchas cosas y, sobre todo, es un personaje inquietante, tal como la retratan en ‘Soy Martha Stewart’, el documental de Netflix que su protagonista confiesa “odiar”, a pesar de que se prestó a su elaboración. En Divinity repasamos su fascinante historia.

Lo primero que debes saber de Martha es que fue una de esas mujeres que representaban a 'la perfecta mujer estadounidense', una de esas que salían en los anuncios: guapa, rubia, femenina, de clase media-alta, esposa y madre. Antes de casarse con su marido, Andrew Stewart, conocía y estudiaba varios idiomas (nada menos que 14, incluyendo francés, español y portugués), había recibido estudios universitarios (que luego retomó), fue madre de una hija y trabajó como modelo y… 'broker' de bolsa. Sí, la historia de Martha es loquísima y por eso es tan interesante.

Estamos en pleno movimiento ‘tradwife’; pues bien, la primera mujer que vendió las bondades del ama de casa perfecta ya en los años 80 fue ella, Martha Stewart. Por cierto, confiesa odiar (sí, odia mucho) esta ola de mujeres ultratradicionales que se mueven últimamente en redes sociales. 

Martha creó un imperio que llegó a cotizar en bolsa, y Forbes calculaba que su patrimonio estaba en torno a cinco mil millones de dólares en el año 2017. ¿Cómo puede una mujer que, en principio, es ama de casa, amasar semejante dineral? Pues… con mucho sentido de la oportunidad, habilidad para los negocios y, según dicen las personas que trabajaron junto a ella, siendo "un poquito malvada". Pero, sobre todo, no siendo lo que decía ser.

Porque Martha era, básicamente, un personaje (aunque lo niegue obstinadamente). El ama de casa perfecta con el mantel perfecto y la vajilla perfecta que preparaba unos platos perfectos para agasajar a sus invitados era un negocio. Ni más ni menos. Ella no se encerraba entre fogones para dar de comer a su marido (del que se divorció por una infidelidad de este) o a su hija (con la que nunca ha mantenido una buena relación), sino que ese personaje que había creado era su manera de hacerse rica. Sus excolaboradores llegan a llamarla “b*tch”, es decir, tienen una imagen de ella como de villana de Marvel. Exigente, ambiciosa y fría como un témpano, a Martha nunca le importó caer bien a nadie. Y le sigue no importando, como vas a comprobar si ves el documental. 

Es muy posible que en gran parte su carácter odioso (que, en realidad, no es peor que el de cualquier hombre al mando de un gran negocio) viniera determinado por las vivencias en su propia infancia… y que no te vamos a desvelar, porque se ven en 'Soy Martha Stewart'. 

Pero avancemos un poco. Ya casada y con una hija de 11 años, inició junto a su socia un negocio de cáterin que esta última terminó abandonando por el carácter presuntamente insoportable de Martha, quien compró todo el negocio y abrió una tienda en la que vendía elementos de decoración para el hogar. Es decir, mostraba sus habilidades como decoradora, cocinera, también jardinera… Una todoterreno, en definitiva, que comenzó a publicar libros de recetas exitosísimos durante los años 80 y terminó teniendo su propio programa de televisión, ‘Martha Stewart’s Living’, a partir de 1991. Pero en 2004 todo se vino abajo.

En ese año, Martha fue acusada de diversos delitos que la hicieron pasar brevemente por la cárcel (fue condenada a cinco meses). En 2005, ya libre, se dedicó a recuperar su emporio. Y desde luego lo consiguió, tal como reflejan las cifras publicadas por Forbes. Entre otras apariciones se incluye un 'reality' protagonizado por ella misma, un programa con el rapero Snoop Dogg, y cameos en diversas películas y series de éxito.

Estamos hablando de que Martha amasó su fortuna en los años 80 y 90 explicando cómo ser el ama de casa perfecta, época en la que la mujer se reivindicaba y empoderaba fuera de las cuatro paredes de su casa (recordemos películas como ‘Armas de mujer’). ¿Cómo se puede llegar a hacer multimillonaria una mujer que vendía el mensaje contrario al que estaba instalado en la sociedad? 

Probablemente, porque esa contracultura de ama de casa escondía algo aspiracional: a las jóvenes estadounidenses de los años 90 sus madres, que ya trabajaban fuera de casa, nunca les enseñaron cómo cocinar, decorar una casa, podar un rosal (querían que sus hijas continuaran por esa senda de éxitos profesionales); y precisamente por eso recibieron los consejos, libros, programas de este icono pop como algo casi inédito para muchas de ellas. A veces, el éxito se esconde en aquello que no está de moda y que se reclama, aunque nadie hable de ello. Martha, una gran visionaria para los negocios, como ha demostrado, supo encontrarlo y explotarlo. Aunque mucha gente no la soporte.

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