Salma: “Creía mucho en la meritocracia, pero me he dado cuenta de que no siempre es así”

Salma saltó a la fama hace un año. Justo cuando las puertas de la Academia más famosa de la televisión, la de ‘Operación Triunfo’, se abrieron al streaming. Su voz, melodiosa y aflamencada, prometía convertirla en una de las favoritas de la edición y así fue. Aunque abandonó pronto la formación, la que sorprendiera a todos con su particular versión de ‘Cuando zarpa el amor’ de Camela, se entregó en cuerpo y alma a su primer disco.

‘Sangre de cobarde’ reúne sus primeras composiciones. Temas que se mueven entre diferentes estilos porque, según sus propias palabras, no tiene miedo a experimentar.

-¿Cómo te encuentras?

Bastante nerviosa, pero con ganas de ver las primeras reacciones de la gente. Quiero tener el feedback de todo ese trabajo que llevo haciendo durante un año, desde que salté al foco mediático.

-Ya nos has dejado pistas con tus anteriores singles, pero… ¿qué podemos esperar de tu disco, ‘Sangre de cobarde’?

Va a sorprender bastante. La gente está acostumbrada a escucharme cantar un pop flamenco más clásico y este disco lo he aprovechado para experimentar y mezclar todos los géneros que siempre he escuchado.

Es poco inteligente limitarse a un género. Además, yo considero aburrido hacer solo el estilo que controlo. Lo he pasado genial produciendo estilos que nunca había hecho.

-¿Por qué ‘Sangre de cobarde’?

Es el título del álbum porque también da nombre a la canción más importante: trata de esa ausencia paternal que tanto ha marcado mi vida. Tiene tanto peso emocional que no podía ser otro el título. En definitiva, ‘Sangre de cobarde’ es una metáfora: vengo de alguien de quien no me siento orgullosa.

-¿Qué otras temáticas te han inspirado en el disco?

El amor, el desamor, la conquista, la sexualidad, me canto a mí misma… Hay alegrías y hay penas, un poco de todo.

-¿Se considera Salma una cobarde?

La verdad es que no. Soy una valiente. Me considero sincera, transparente y trabajadora. Llevo muchos años, a pesar de mis 22, trabajando para dedicarme a la música y siento orgullo de esa valentía que siempre me ha caracterizado.

-Hace un año que saltaste al foco mediático, ¿qué balance haces de los últimos meses?

Han sido doce meses sintiendo emociones muy intensas, con sus cosas buenas y también malas. Es una sensación extraordinaria y difícil de gestionar. Entramos muy jóvenes a la Academia más famosa de la televisión. Cuando salimos nos conoce todo el mundo y están muy pendientes. Desde entonces, saben absolutamente todo lo que hago. Por un lado, es bueno porque los artistas tardan muchísimos años en conseguir semejante exposición. Por otro lado, nadie nos prepara para esta nueva vida.

-¿Termina acostumbrándose una joven como tú a la fama y todo lo que ello supone?

Soy humana. Puedo tener un mal día o mantener una conversación privada y, aun así, hay gente que se acerca y pide un recuerdo. Es algo que no me pesa para nada y agradezco el cariño hacia mi trabajo.

-¿Cuál ha sido tu mayor aprendizaje?

Las primeras entrevistas que realizamos en cuanto salimos de la Academia nos desequilibraron a todos. No nos vinieron nada bien. Entiendo que debíamos hacerlas porque la gente está deseando hablar con nosotros, pero ni los periodistas ni el programa tuvo conciencia de que no sabíamos enfrentarnos a ello.

Otro aprendizaje es el registro musical que he adquirido y saber moverme en un estudio.

-¿Te arrepientes de algo en concreto?

Soy una chica muy trabajadora y agradecida, además de transparente. Eso es Salma y nunca me arrepentiré de nada que no haya hecho con maldad.

-¿Hay algo de la industria que no termines de encajar aún?

Antes creía mucho en la meritocracia. Consideraba que si una trabajaba mucho y contaba con cierta experiencia conseguiría metas profesionales. Me he dado cuenta de que no necesariamente es así. Tampoco a la gente buena le va bien. En la industria hay muchos factores que entran en juego y la mayoría de ellos se escapan de nuestras manos.

-Vivimos en una actualidad que cada vez parece que no nos permite ser tan libres, ¿esto afecta a la Salma persona y a la Salma artista?

Vivo en un entorno libre, que no es lo mismo que ocurre a nivel global. Siempre he sido reivindicativa y soy consciente de la realidad de muchísima gente. Por eso, aprovecharé mi altavoz para pronunciarme sobre ello.

Yo misma he sufrido plumofobia y misoginia a lo largo de mi vida, sobre todo desde que estoy en el foco mediático. A mí en el presente no me afecta, pero sí alzaré la voz por todos esos jóvenes que vienen.

-¿Qué podemos esperar de Salma a corto y largo plazo?

De momento iré paso a paso. No creo en las cosas que van rápido y es por eso que estoy tan orgullosa de mi primer disco. Seguiré entrando al estudio para crear nueva música y abierta a las propuestas que estén por llegar.

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