La vida de Silvia Abascal, una de las actrices más talentosas del panorama patrio, dio un vuelco el 2 de abril de 2011. La intérprete comenzó a sentir como una “abrasadora fuente de lava se puso en marcha dentro de mi cabeza”. Se aquejaba de unas intensas jaquecas que le hicieron perder el conocimiento en el hall del hotel donde se alojaba, momentos antes de partir a la gala de clausura del Festival de cine de Málaga.
Fue entonces cuando varios compañeros de profesión trasladaron a la intérprete al hospital Carlos Haya de Málaga, donde le fue diagnosticado un accidente cerebrovascular que requirió una rápida intervención. Con 32 años tuvo que “luchar como una leona” para recuperarse lenta y progresivamente de un ictus que le hizo valorar más el día a día.
“En mi caso he encontrado rasgos positivos, sobre todo por cómo me enfrenté a ello y el aprendizaje que saqué de aquella época”, reflexiona ahora, 11 años después, en una entrevista exclusiva para 20 minutos. “No siento que el derrame cerebral me haya cambiado o que haya transformados mis valores, pero sí es cierto que ahora estoy conectada a la fragilidad de la vida”.
Esta enfermedad, según su terrible experiencia, es “un viaje” que atañe a terrenos mentales, físicos y emocionales. “Sobrevivir es una cura de humildad”, asevera Silvia, que sabe de buena mano que la felicidad no es un estado permanente: “Tengo mucha ilusión puesta en cada latido, en cada paso. Mi vida personal está bien, tengo salud y soy de las que piensa que hay que saborearlos buenos momentos sin pensar en lo que puede o no puede venir después”.
El ictus es una dolencia extremadamente grave que afecta a alrededor de 130 mil españoles al año. El daño cerebral que causa está vinculado al tiempo en el que dura este trastorno y la zona que se haya visto afectada. Saber identificar a tiempo los síntomas para asistir cuanto antes a un hospital, por lo tanto, puede ayudar a la hora de realizar el diagnóstico. Cada minuto cuenta.
Nadie está exento de padecerlo y, por desgracia, aunque cada vez son más los afectados que tienen una plena recuperación, hay un gran porcentaje de personas que se quedan con secuelas o fallecen. Sharon Stone, María Escario, Jaime de Marichalar, Jorge Javier Vázquez, Alberto Contador, Emilie Clarke, María Teresa Campos o Joaquín Sabina, son solo una muestra de los miles de rostros del mundo del cine, la música y la televisión que han superado accidentes cerebrovasculares.