Que la relación fraternal que mantenían las hermanas Halliwell en la serie Embrujadas jamás se reflejó en la vida real de sus protagonistas es un secreto a voces dentro y fuera de la industria. Shannen Doherty y Alissa Milano fueron, junto con Holly Marie Combs (y posteriormente Rose McGowan) las estrellas de una de las ficciones más seguidas de los finales de los 90 e inicios de los 2000. No obstante, pese a que Shannen y Holly se han llevado siempre a las mil maravillas, en el caso de Alyssa con Shannen no podemos decir que existiese tal conexión.
De hecho, el motivo principal por el que la intérprete de Prue abandonó la exitosa serie fue el eterno conflicto que mantuvo con su compañera. La tensión en el set de rodaje llegó a tal punto que Doherty decidió dejar de invocar el poder de tres y abandonar el barco -para sorpresa de sus seguidores- en el final de su tercera temporada.
Ahora, 15 años después de que se emitiese su último capítulo, Alissa, a propósito de la publicación de su libro ‘Sorry Not Sorry’, ha concedido una entrevista en el programa Entertainment Tonigh, donde ha recordado la etapa en la que encarnó a esta bruja como una de las más duras de su trayectoria.
“Cuando pienso en los años noventa… Ves cualquier capítulo de Charmed y estoy corriendo en corpiño y ropa interior durante el 80% del episodio”, denuncia Milano la sexualización a la que estaba expuesta. “Tuvimos que ir vestidas con poca ropa para que ese show fuera un éxito”, se lamenta.
Más allá de este matiz, Milano se siente orgullosa de haber encarnado a Phoebe Halliwell, aunque no oculta que los rodajes fueron complicados por su sonada guerra con Shannen. “Yo diría que hoy tenemos una relación cordial”, parecen no guardar ningún tipo de rencor en la actualidad. “¿Sabes? Podría asumir gran parte de la responsabilidad de la tensión que tuvimos. Creo que uno de los principales motivos de nuestra lucha provino de sentir que estábamos en competencia en lugar de entender esa hermandad de la que se trataba tanto en el programa. Y tengo algo de culpa por mi participación en eso”, asumía sus errores y desvelaba la causa de sus disputas.
El tiempo ha sanado sus heridas. De hecho Milano cuenta que en el instante en el que se enteró que su excompañera sufre un cancer de mama, se puso en contacto para mostrarle su apoyo: “Cuando me enteró de su diagnóstico, me puse en contacto con ella, y le envió mensajes directos cada dos meses más o menos para saber cómo sigue”, afirma estar pendiente del estado de salud de la actriz. “La respeto. Es una gran actriz que ama muchísimo a su familia. Debería haberme sentido lo suficientemente fuerte como para reconocer eso por aquel entonces”.