Miriam Díaz-Aroca, más allá del mundo del espectáculo: su nueva vida como mentora
Miriam Díaz-Aroca desapareció de nuestras pantallas durante nueve años
En esa etapa se desprendió de la autoexigencia y empezó a confeccionar la persona que quería ser
La actriz ahora acompaña a las personas en procesos personales en tránsito
A sus 60 años recién cumplidos, Miriam Díaz-Aroca puede presumir de haber trabajado mano a mano con los grandes maestros de la pequeña pantalla y del cine como Pedro Almodóvar, Chicho Ibáñez Serrador o Jesús Hermida. Incluso coprotagonizó en 1992 la que fue la mejor película extranjera para los premios Oscar, 'Belle Epoque', bajo los mandos de Fernando Trueba.
La actriz, sin embargo, también ha vivido lo amargo de esta profesión en la que poco a poco el teléfono deja de sonar. Actualmente es la comisaria Luisa Gutiérrez en 'Toy Boy', pero estuvo sin hacer una serie de televisión casi una década, desde 2009 hasta 2018, cuando se interpretó a sí misma en 'Paquita Salas'.
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“No es de un día para otro, pero gota a gota. Me cuestionaba qué estaba haciendo mal, justo ahora que estoy más preparada que nunca, pero cuando te toca, te toca”, asumía Miriam en el ‘Deluxe’, donde aseveró que esta situación le permitió empezar a escucharse a sí misma. ”Empecé a tener mucha hambre de mí. De una mujer siempre pendiente de un reconocimiento exterior y me di cuenta que eso es ficticio, no aporta y alimenta muy poco”.
Miriam tuvo que “hacer un trabajo de saber que no hay que esperar nada de fuera, ni de amor, ni de trabajo, ni de reconocimiento”. Se dio cuenta de que lo fundamental era el mensaje que se daba a sí misma y no el que llegaba del exterior. “Soy una mujer creativa, inquieta, y no tengo que esperar a que me digan cosas de fuera. Cuando tú construyes desde dentro, las cosas te afectan muchísimo menos; las colocas en su lugar para no depender de ellas”, reflexionaba sobre cómo había logrado aceptar que no tuviera su lugar en las pantallas.
De artista polifacética a mentora
La gran conquista de Díaz-Aroca en estos últimos años ha sido vivir desde la coherencia y liberarse del personaje que había construido para ser reconocida y valorada. En sus propias palabras fue “el mayor acto de amor por sí misma”. Salió a su encuentro, soltó apegos, se dio permiso para expresar sus emociones sin juicios ni críticas y se desprendió de las expectativas y las auto exigencias.
“Puedes seguir trabajando y viviendo como un personaje, sobreviviendo para que te acepten, o mandar el personaje al banquillo y entonces confeccionar el ser humano que quieres ser”, explicaba hace unos días a nuestros compañeros de ‘Europa Press’ la presentadora, que desde hace dos años acompaña a las personas en procesos personales, emocionales y profesionales en tránsito.
La madrileña llevaba ejerciendo de ‘coach’ muchos años de forma altruista y fue consciente de que podía aprovechar este filón al ver el feedback tan grande que había en redes. “Dije: ‘bueno, pues voy a abrir una pata nueva de mi hacer profesional y lo voy a hacer profesional. Mi programa se llama ‘mi mentoring”, se explayaba en el programa de Jorge Javier sobre su trabajo como mentora, labor que ejerce tras haber identificado y tratado sus heridas internas.
“Yo soy doble personaje, el que todos tenemos para sobrevivir y el personaje público. Desmonté el personaje y eso es un periodo de muchos meses, porque pesa mucho la herencia cultural. Entreno todos los días de mi vida, para mi bien y el bienestar de los míos y poder ayudar a los demás”, se sinceraba sobre su proceso Miriam, que reconoce que antes era alguien necesitada de reconocimiento.
“Me he formado, me he hecho un master y el entrenamiento con los clientes me enseña a mí misma”, está pletórica con su nueva faceta Díaz-Aroca, que anima a la gente a que contrate sus servicios para que encuentren su lugar. “No podemos aplazar más el ser felices”.