Si algo han conseguido las redes sociales es que muchos famosos compartan con el mundo algunos episodios de su vida que eran desconocidos. El apoyo de sus fans y la comunicación directa ha provocado que liberarnos de algunos lastres que parecen comunes sea mucho más sencillo. Algo así le ha pasado a Natalia de Molina, que ha querido hablar a través de su cuenta de Instagram de la dura infancia que atravesó. La actriz ha rescatado una fotografía de cuando era pequeña, de cuando aún estaba en el colegio, para explicar “el dolor” que sintió aquella niña que ahora se quiere “un poco más”.
“Vengo del dolor, de la soledad de una niña a la que odiaban en el colegio, de una habitación que escondía un universo, de comer impulsivamente para esconder y tener excusas, si no era deseable quizás me dejarían en paz”. Con estas duras palabras ha comenzado la actriz ha relatar algunos de los episodios que vivió durante su infancia. También ha tenido palabras para su madre, que tuvo que hacer “malabares” para seguir adelante con ella misma y con sus dos hijas.
Natalia de Molina heredó ropa, juguetes y mochilas, pero también lo hizo con “la rabia, el silencio y la luz”. “Bailando y cantando para callar los gritos”, recuerda. Ahora, años después de vivir aquellas experiencias que tanto han marcado su vida, la actriz se ve “tan chiquitita y tan sola”. En esa imagen, de cuando iba a clase con el resto de sus compañeros, posa con una chaqueta de color azul marino, una camiseta de rayas y el pelo recogido en una coleta. “Ahora me quiero un poco más, aunque a veces me cuesta. Y tengo un nudo en la garganta que me va a explotar. Pero sé que no soy la única y aquí seguimos, como mariposas”, ha terminado diciendo.
A raíz de sus palabras han sido muchos seguidores los que han querido mandarle públicamente su apoyo. “Gracias por compartir algo tan íntimo, doloroso y hermano a la vez. Abrazo a esa niña y te abrazo a ti”, escribía Inma Cuesta. “Esa niña somos todes”, le aseguraba Paco León. “Belleza de mujer, en todos los sentidos”, comentara Sara Sálamo. “Gracias. Ese nudo en la garganta constante. Te abrazo y te admiro, sin conocerte”, le decía Angy Fernández.