Beatriz Serrano, finalista del Premio Planeta: "Ahora tengo cierta tranquilidad, pero también me rayo por el futuro"
Charlamos con la periodista y escritora Beatriz Serrano, quien ha sido finalista del Premio Planeta por el libro 'Fuego en la garganta'
Una obra protagonizada por una madre y una hija que no encajan en lo socialmente establecido y que se rebelan para encontrar su hueco
La divertida anécdota de Beatriz Serrano, finalista del Premio Planeta, con los reyes: "No tengo ni idea, sus majestades"
La periodista Beatriz Serrano se dio a conocer como escritora hace únicamente un año con 'El descontento', una novela en la que describía con mucha lucidez y bilis las crisis que muchos y muchas atravesamos por culpa del trabajo. Ahora, entra por la puerta grande del mundo editorial tras haber sido finalista del Premio Planeta con 'Fuego en la garganta'. Una obra en la que cambia totalmente de registro para contar las vidas de una madre y una hija que no se adaptan a la norma y que luchan para encontrar su hueco. También cómo todos y todas necesitamos a otros para salvarnos.
MÁS
María Arranz: “Los recetarios son una de las fuentes más interesantes a las que acudir en busca de la voz de las mujeres”
Elvira Lindo, en el 30 aniversario de Manolito Gafotas: "Hemos creado a los niños un mundo estresante, me da pena"
Liliana Torres, directora de 'Mamífera': "Nos faltan referentes positivos de mujeres que no quieren ser madres"
¿Cómo definirías la novela? ¿Podría tratar sobre personas que no se adaptan a lo socialmente establecido?
Sería una buena forma. A mí es algo que me cuesta mucho hacer. La noche de los Premios Planeta dije la frase de Chuck Palahniuk de “por si no os habéis dado cuenta, solo escribo de gente solitaria que trata de conectar con los demás”. Intento mostrar al inadaptado, al que le cuesta integrarse y, por tanto, sobrevivir. Necesitamos ser vistos y queridos. Yo escribo sobre esa gente que lo tiene más difícil.
Esto lo haces a través de una madre y una hija. La segunda, encuentra su hueco gracias a internet
Con las compañeras de clase hay demasiado pasado y demasiado chisme. Por eso a la protagonista la tratan con pena y no consigue adaptarse. Hay incluso un momento en el que intenta integrarse, pero se da cuenta de que es una actuación, que tiene que crear mucho contenido y acordarse de muchas cosas de sus vidas: noviazgos, cumplidos, etc. Eso con sus amigas de internet no le pasa, porque son personas más afines. Además, entra en internet para poder responder a preguntas que en su casa no puede. Lo que hacían las personas LGTB cuando eran los únicos en su pueblo. Ahí podían preguntar si lo suyo era normal y al darse cuenta de que sí, preferían quedarse.
Intento mostrar al inadaptado, al que le cuesta integrarse y, por tanto, sobrevivir
También muestras esa evolución de internet que todos hemos vivido: de un lugar casi utópico a lo que es hoy en día
La evolución de la protagonista y de internet van en paralelo. Empieza siendo algo inocente y se acaba convirtiendo en algo bastante turbio. En el libro digo algo así como que internet siempre ha sido el refugio de la gente solitaria. Algo que creo que sigue siendo, a pesar de la hostilidad que existe en él. Creo que es el lugar en el que la gente que no se encuentra en el mundo analógico puede tener un grupo afín.
Blanca tiene una manera un tanto mágica de gestionar sus emociones: lo hace a través de los milagros, ¿por qué?
A esto le estuve dando muchas vueltas. Para mí uno de los puntos de conflicto era hasta qué punto era real o mentira, cuánto dejaba al lector, etc. Lo que realmente me interesaba era la gestión de las emociones. Algo que quería contar de una forma más poética y bonita. Ese "fuego en la garganta" siempre viene por la rabia y la culpa de después. Pero quería hablar desde la sutileza, desde que no hace falta tener una reacción físicamente violenta, si no que cuando no puedes controlar tus emociones pasan cosas alrededor. Cuando das una mala respuesta, cuando estás cabreado y no sabes controlarlo, suceden cosas. Y sobre todo me da la sensación que cuando no te dejas sentir cosas negativas, te impides también las cosas buenas. Incluso en un estado de sensibilidad máxima, como puede ser una ruptura sentimental, pueden entrar cosas buenas.
Cuando no te dejas sentir cosas negativas, te impides también las cosas buenas
La otra inadaptada es su madre, quien no tuvo internet y a quien medican e internan para que encaje
Otra de las formas con las que explico el libro es hablando del peso de la herencia familiar. Cuando empecé a concebirlo, una de las preguntas que me hacía era si una persona a la que le hacen pertenecer a una sociedad que detesta, si es capaz de reproducirse en sociedad y no crear monstruos. Por eso Blanca tiene superpoderes. Si te fijas, a Blanca y a su madre les salva lo mismo: un grupo de personas que las aceptan como son. A mí lo que me gusta mucho del personaje es que durante todo el libro está pidiendo ayuda y buscando soluciones. Muchas veces se piensa que no es así, pero el proceso de la madre es precioso porque hace todo lo que tiene que hacer: lo verbaliza, se pone en manos de profesionales, incluso quiere volver a trabajar para sentirse como antes de ser madre, etc. Creo que las dos necesitan una guía que las coja de la mano y les diga que van a estar bien.
Otro tema que desarrollas con la madre es la maternidad. ¿Es sinónimo de soledad muchas veces?
Iría más allá: a la soledad en la familia. En la maternidad por supuesto, ya que cuando nace el bebé la madre solo se va a dedicar a eso mientras el hombre sigue con sus 'hobbies' y su trabajo. Sin embargo para la mujer, más que en esos años, los 80-90, era un parón total en su vida. Toda elección de la mujer implicaba una renuncia a algo. Incluso lo sería para mí ahora. Más si estamos hablando de estos personajes que no tomaron una decisión, si no que hicieron lo que había que hacer. Mujeres de la edad de mi madre o abuela que no se planteaban si tenían poder de decisión, porque su papel era cuidar a los demás. Tengo la sensación de que estas mujeres eran personajes secundarios en la vida de los demás.
La madre de Blanca se revela contra todo esto, lo que te lleva a reflexionar sobre la locura. ¿Es normal no estar cuerdo en este mundo?
Ella tiene la expresión de que la han metido en 'la cajita de las locas'. También que si se hubiera roto una pierna, sería normal que la apoyaran para correr una carrera. Pero una vez que entras en 'la cajita de las locas', siempre vas a estar ahí. Yo quería tratar el excesivo escrutinio sobre los comportamientos de estas mujeres. Es decir, si pasa una semana mala, ya se piensa que puede tener una depresión; si empieza a hacer su vida, está despendolando; si se aburre en una comida familiar, qué mal se ha portado… ¿Estamos seguros de que soportaríamos ese escrutinio si nos dijeran que estamos locos? ¿Seríamos capaces de sobrevivir a ello? Si a mí me ponen esa lupa, me encierran. Por comportarme normal. Pero aparte de ello, hay que apuntar que la enfermedad mental existe. Y algunas necesitan acompañamiento de por vida. Pero por otro, hay momentos en los que todos podemos flaquear. Algo que parece que cuesta mucho entender y empatizar.
¿Estamos seguros de que soportaríamos ese escrutinio si nos dijeran que estamos locos?
También es una novela con un fuerte componente de clase.
Quería tratar el tema de la clase desde el punto de vista de la inocencia de una niña que se da cuenta de que hay gente que tiene más y menos. Y también cómo la clase nos ayuda a salir o no de un problema. Si eres una mujer que no ha tenido educación y tienes frente a ti un equipo legal que te va a poner trabas, estás totalmente indefensa. Me parece muy importante tener medios materiales y económicos para poder hacer frente a determinadas situaciones. Y no olvidar que hay gente que no los tiene a su alcance.
Hablando de bienes materiales. ¿Cómo ha sido ganar un premio así?
Me ha cambiado la vida porque resumiendo mucho, el periodismo es una profesión muy precaria y en la que siempre parece que estás en la fina línea del despido y de volver a casa de tus padres. Yo me veo por primera vez en mi vida en una posición en la que no estoy mirando todo el rato mi cuenta bancaria para llegar a fin de mes. Ahora tengo mucha tranquilidad, lo que es el equivalente de libertad. Esta es una conversación que tengo mucho con mi padre y él me dice que aunque esté bien, esa preocupación nunca se va. Cuando me fui a pedir la excedencia, que fue el día más feliz de mi vida, había una parte que sentía vértigo. Creo que son siempre decisiones muy meditadas. Ahora tengo cierta tranquilidad, pero al mismo tiempo me rayo por el futuro. Podría ser más viva la vida. Me fue muy bien con el primero y con el segundo todavía mejor. Podría tener un poco más de fe. Pero no te creas, no te llegas a relajar.
Suscríbete a la newsletter de Divinity y recibirás toda la información de celebrities y corazón cada semana en tu mail.