Mariah Carey, conocida en todos los rincones del mundo por traernos la felicidad y alegría en navidad con su mítico ‘All I want for Christmas is you”, ha querido enseñar lo que hay detrás de esa simbólica sonrisa y se ha sincerado escribiendo cómo ha vivido algunas de las épocas más traumáticas de su vida. Drogas, racismo, infidelidades y violencia son algunos de los temas que más impactarán a aquellos que compren en sus librerias “The meaning of Mariah Carey”, una autobiografía que recorre los hechos más importantes de sus 50 años de vida y que salía a la venta el pasado martes. “Ofrezco este libro en gran parte para finalmente liberar a esa niña asustada dentro de mí. Es hora de darle una voz, de dejar que cuente su historia”, desarrollaba a Oprah los motivos que le habían empujado a ello para su podcast de ‘Apple TV’.

La célebre cantante ha querido remontarse a su infancia para rememorar algunos de sus episodios más escalofriantes y que difícilmente podrá eliminar de su mente. Mariah detalla en las páginas de esta publicación una grave pelea entre su padre y su hermano a la que tuvieron que acudir 12 policías para separarlos. “Cuando mi hermano estaba cerca, no era raro que se hicieran agujeros en las paredes o que otros objetos salieran volando”, ha explicado las duras situaciones que tuvo que vivir cuando era una niña.

Unos capítulos violentos que también habría sufrido en sus propias carnes la matriarca de la familia, que habría sido arrojada por su hijo contra la pared en una de estas broncas y amenazada de muerte tiempo después por uno de sus novios. “Sostenía una escopeta larga de dos cañones en una de las manos”, recuerda Carey las palabras que utilizaba su padrastro para amedrentarlas: “os voy a cortar a pedazos y a meteros en el frigorífico”.

Tal ha sido la sinceridad que ha derrochado en estas memorias, que Oprah se veía obligada a leer en su entrevista uno de los relatos más duros del libro, cuando otro miembro de su familia quiso venderla a un proxeneta: “Cuando tenía 12 años, mi hermana me drogó con Valium, me ofreció una uña del dedo meñique llena de cocaína, me provocó quemaduras de tercer grado y trató de venderme a un proxeneta”. Dramas familiares que han cambiado por completo a Mariah, que admitía durante su conversación con la periodista que se refiere a sus hermanos como “exhermano y exhermana”. “Me he sentido literalmente como una extraña entre mi propia familia”, confesaba la artista, que se refugió en la música, utilizándola como método para escapar de la realidad.

Pero sus problemas en la infancia no provenían solo de su hogar, la cantante tuvo que afrontar que aquellas a las que consideraba amigas empezaran a discriminarla porque se habían enterado de que su padre era negro –ella tenía la piel más clara porque su madre era blanca-. Un hecho que llevó a sus compañeras a encerrarla en una habitación. “Esta no fue la pelea de unas niñas malas del patio, fue un asalto premeditado, violento y tortuoso por parte de unas chicas a las que llamé amigas”, asegura, confesando que a veces tuvo que aguantar cómo le escupían en el autobús escolar y le generaban peleas por ser mestiza.