Shakira y Gerard Piqué firmaban este jueves ante el Juzgado de Primera Instancia y Familia número 18 de Barcelona el acuerdo que permite a la cantante colombiana establecerse con sus hijos, Milan y Sasha, en Miami. La expareja llegaba a su cita con la justicia alrededor de las 09:30 horas, por separado, acompañados por sus respectivos equipos legales y accediendo al edificio por diferentes entradas: mientras que ella entraba por la puerta de L’Hospitalet de Llobregat, él lo hizo por el acceso principal de Gran Vía.
Ni el uno ni el otro hicieron ningún tipo de declaración a los medios que cubrían esta formalización del pacto al que llegaron (en lo relativo al cuidado de los niños y su residencia) tras numerosos desencuentros y tensas reuniones. Aproximadamente una media hora después de su llegada a la Ciudad de la Justicia, la artista y el exfutbolista del F.C. Barcelona, que evitaron coincidir y rubricaron el documento por separado, abandonaban el lugar.
Ramon Tamborero, abogado del deportista, comentaba a los medios que "los dos están más tranquilos, más relajados", y que han pensado "en el bien de sus hijos". El trámite de la firma transcurrió de forma “correcta, como no se esperaba de otra manera, delante del juzgado, y a partir de ahora a esperar la sentencia una vez que el fiscal aprueba el convenio”, destacaba el letrado, que también desmentía las informaciones que apuntaban que el acuerdo impedía a su defendido instalarse en Miami o verse con los menores acompañado de Clara Chía, su actual pareja.
Lo que no trascendió es que horas después ambos volverían a coincidir en un mismo espacio, y en esta ocasión a pocos metros de distancia. Tal y como captaron las cámaras de los compañeros de Europa Press, Shakira y Gerard asistieron esa misma tarde a la función navideña de Sasha, su hijo menor, en el prestigioso colegio de la Ciudad Condal en el que estudia.
Intentando dar normalidad asunto y tratando de pasar desapercibidos, la compositora accedía en coche al centro acompañada por Tonino, su inseparable hermano y mano derecha. Poco después hacía lo mismo el exfutbolista con Montserrat Bernabéu, su madre, que daba una vuelta a la manzana mientras abrían la puerta del parking para evitar así las cámaras. Fuentes cercanas aseguran al citado medio que “ni siquiera se dirigieron la palabra, como ocurrió en el partido de béisbol de Milan”.