Verónica Forqué, una de las intérpretes más queridas del cine patrio, se quitaba la vida hace justo un año. Su fallecimiento dejaba enmudecido al mundo de la cultura y ponía sobre la mesa la importancia de la salud y sus estigmas. La ganadora de cuatro premios Goya manifestó en varias ocasiones su tendencia a la depresión, que desafortunadamente la acompañó en varias etapas de su vida. Su hija María, fruto de su relación con el cineasta Manuel Iborra, estuvo a su lado hasta el final de sus días, y fue quien se llevó el mayor varapalo con la trágica noticia.
La joven acumula más de 200.000 seguidores en sus redes sociales, las cuales utiliza en ocasiones para rendir homenaje a su progenitora, a quien estaba muy unida. Era Verónica quien le alentaba a perseguir su sueño e hiciera carrera como artista en un mundo inentendible para ella. Su adiós ha sido y está siendo un duro proceso para María, aunque en todo momento defendió que jamás juzgaría a su madre por su última decisión: “Pienso que mi madre me enseñó que la muerte no existe, es solo una fase más. Ahora mismo, mi madre cuida de mí y de todos los que queremos”.
También conocida por su nombre artístico ‘Virgen María’, México fue la primera gran parada de la artista tras el fallecimiento de su madre, donde empezó un nuevo e innovador proyecto que fue presentado en Goteo Vol.12., uno de los festivales más conocidos del país. Sobre este escenario pinchó sus propios hits durante un provocativo y extravagante show no apto para todos los públicos de cinco horas de duración. Combina sus trabajos en galerías con contenido para Onlyfans, red social donde sus suscriptores pagan por contenido exclusivo.
María está dando la vuelta al mundo gracias a su trabajo, conquistando a la audiencia gracias a sus explícitas exposiciones. Su visión del arte, la cual le ha hecho trabajar con firmas como Playboy, ha llegado a Texas, Nueva York, Miami o Alemania, entre otros países. La hija de Verónica Forqué ha sido aclamada por la audiencia en París gracias a la provocativa exposición que preparó junto al responsable de la identidad visual de ‘El mal querer’, el segundo álbum de estudio de Rosalía. La pareja, semidesnuda, entrelazaba unos lazos rojos con unos aros que estaban perforados en su cuerpo.
La última voluntad de Verónica fue cumplida por sus herederos hace varios meses, aunque la noticia llegó a las redacciones recientemente. ‘El Español’ publicaba que había logrado vender el inmueble en el que murió la reconocida intérprete. La propia Forqué reconoció en vida que su intención era “venderlo todo” para retirarse en Cartagena, considerado ‘su lugar de paz y tranquilidad’. Siguiendo los planes que tenía la protagonista de ‘Kika’ para su jubilación, la familia ha decidido deshacerse de esta vivienda.