Mayte García y Santiago Cañizares anunciaron su separación el pasado verano tras trece años juntos y después de vivir uno de los golpes más duros que les pudo poner a vida. En el año 2018, la pareja tuvo que hacer frente a la muerte de su hijo Santi, de cinco años, que falleció víctima de un tumor cerebral. Tres años después de aquello, y teniendo tres hijas más en común, los protagonistas ponían fin a su matrimonio considerando que la muerte de su hijo les había hecho "evolucionar de formas distintas" y ya no eran felices juntos. "Llegó un momento en el que eso se hizo evidente, aun queriéndolo mucho, porque yo a Santi lo quise y lo querré, es el padre de mis hijas y merece todo el respeto del mundo. Jamás le pondré un pero", ha explicado ahora ella en una entrevista concedida a la revista Lecturas.
Mayte García, que lleva un año y medio viviendo con sus hijas en una casa en Valencia, ha concedido una entrevista al medio citado anteiormente en la que habla de cómo lleva la muerte de su hijo Santi. En el vídeo que encabeza esta noticia puedes ver las declaraciones que ha dado sobre este tema. La ex de Cañizares explica con detalle cómo intenta que su hijo esté presente en su día a día, a pesar de que para sus hijas (que tienen 9 y 13 años), en ocasiones, sea algo difícil de afrontar. "Me da rabia cuando alguien me dice: 'Tu hermano está muerto', porque no lo supero". Y yo le dije: "A Santi le tienes que dar vida tú, no le tienes que esconder, tiene que ser una extensión tuya porque habéis sido trillizos", dice sobre las confesiones de una de las pequeñas.
Mayte no recuerda cuál fue la última vez que lloró. La que fue mujer del deportista es consciente de que ha perdido "lo más grande que se puede perder" y le cuesta encontrar motivos para llorar. "No quiero venirme abajo. Yo le prometí a mi hijo que iba a ser feliz por él y ese es mi mantra diario", dice ahora, asegurando que vive "en paz" desde la muerte de su hijo. "En el segundo en que Santi se fue, tuve la sensación de estar flotando. Sentía paz dentro de mí. Perdí el mierdo a la muerte y el miedo a que se fuera", explica.
Lo que siempre tuvo claro es que no quería que sus hijas tuvieran "una madre depresiva sin ganas de vivir", por eso ya no le tiene miedo a la muerte ni a las enfermedades, algo para lo que considera que la sociedad no está preparada. "No hay que darle la espalda a la muerte. Mi hijo, con cinco años, asumió que se iba a morir [...] Su muerte no la voy a recordar como una tragedia, fue algo superbonito", ha recordado. Lo que más siente es "no poder abrazarlo más en vida", pero Mayte García sí puede abrazar su alma. "Yo le hablo, le cuento mis cosas... Para mí, mi hijo sigue vivo", afirma con rotundidad.
Hace un año y medio, la pareja, que habían estado trece años juntos, anunciaron su separación. Mayte considera que la muerte de su hijo sí afectó a esa ruptura, ya que cada uno de ellos ha evolucionado "de una forma" desde entonces y lo que él le hacía feliz a ella no, y viceversa. "No quise llegar a mirarlo y no reconocerlo como marido. No quería llegar al límite de mirarlo y no saber quién era. Por eso tomamos la decisión de separarnos", ha explicado.
En cuanto a su relación actual, ambos hablan de las niñas y de su papel como padres en la educación de las menores, pero no hablan de su vida privada. Hace un año, Mayte comenzó una nueva relación con un hombre que había sido su amigo antes y todo surgió "desde el cariño". "Mi enamoramiento de ahora es el más puro que he tenido. No digo que no haya estado enamorada del padre de mis hijos, que me casé muy enamorada, pero formaba todo parte de la fantansía del "quiero casarse, y formar una familia". Siento que mi hijo me ha dado un regalo", dice de su pareja actual.