Joaquín Reyes es uno de los rostros cómicos más reconocidos de nuestro país. Nacido en Albacete hace cuarenta y ocho años, el humorista ha logrado forjarse una carrera en la que ha tocado todos los palos de la cultura: desde el cine hasta la pequeña pantalla. Además, ha protagonizado obras teatrales, ha publicado libros de ilustraciones e incluso ha colaborado en programas radiofónicos de renombre.
El cómico comenzó su andadura queriendo dedicarse a la ilustración, sin embargo, tras estudiar Bellas Artes, un cambio de rumbo hizo que acabase dedicándose al humor, algo que parece funcionó. A pesar de los tumbos que ha dado en sus más de veinte años de trayectoria, hay algo que jamás cambió para Joaquín, su amor.
El artista, tras años de relación, se casó con su novia de toda la vida, maestra infantil de profesión y su compañera de viaje. Junto a ella, Reyes ha vivido la inmensa mayoría de las aventuras de su vida, incluida la más feliz de todas, crear una familia. Ester de trece años y Jesús de quince, son el fruto de un amor largo y verdadero y se han convertido en el pilar fundamental del cómico.
Es cierto que Joaquín siempre ha sido muy reservado en cuanto a su familia y su vida privada se refiere. En Instagram, red social en la que ni siquiera utiliza su nombre de pila, el artista ha preferido no publicar nada relacionado con su intimidad ni la de sus vástagos. Sin embargo, en las cientas de entrevistas y proyectos en los que ha trabajado a lo largo de estos años, Joaquín ha ido sorprendiendo con algunos datos personales y algunas anécdotas de sus hijos.
De ellos ha dicho que son muy tranquilos y educados, sin embargo, al igual que él lo hizo de su padre, los niños han heredado del manchego su peculiar humor. Ester, según su padre, es muy divertida, tiene "mucho sentido del humor" y además desprende "una gracia natural".
Joaquín se siente un padre muy orgulloso y, siempre que puede, les dedica todo su tiempo. Las actuaciones y las giras han hecho que a lo largo de su carrera, a veces, el cómico tuviese que estar ausente en alguna que otra ocasión, por lo que durante las vacaciones aprovecha para pasar tiempo con ellos, disfrutar de los viajes y de aquellas cosas que en su día a día no puede hacer, como ir al cine o comer en familia. El humorista se preocupa mucho por la educación de su hijos, de quienes ha reconocido que, a pesar de que se les da bien el dibujo, no cree que tengan esa vocación como él la tuvo.
Hijo de maestros y criado en una familia con tres hermanos, Joaquín adora disfrutar de su familia, a quienes considera lo mejor de su vida y quienes creen que es un "superhéroe", pues el suyo no es un "trabajo típico" y que haga reír a la gente es lo que "les encanta". Además de con sus hijos, en su círculo más íntimo Joaquín también comparte su trabajo y afición por imitar y hacer reír. Ernesto Sevilla, otro gran humorista español, es desde su infancia un gran amigo y como si de verdaderos hermanos se tratase los dos albaceteños se criaron juntos y despuntaron su carrera de la mano.