El pasado 22 de marzo se lanzaba al mercado el primer libro de Lucía Rivera, 'Nada es lo que parece', en el que se abre en canal para abordar asuntos controvertidos e inéditos de su vida personal. La modelo expone en sus páginas los malos tratos que sufrió a manos de dos de sus ex parejas, reivindica la importancia de la salud mental, y destapa, entre otros asuntos privados, la escasa relación que mantuvo con Eva González durante el matrimonio con Cayetano Rivera, su padre adoptivo.
En este contexto, en el evento organizado este jueves por Multiópticas en la capital, Blanca Romero dedicó unos minutos a la prensa y manifestó públicamente su opinión respecto a estos episodios vitales de su hija. "Cada uno tiene que vivir sus experiencias y no pasa nada", comentaba la actriz, que está convencida de que estas duras vivencias le habrán servido para madurar y endurecer su carácter. "Así se hace más fuerte", fueron sus palabras.
En un capítulo de esta publicación, de hecho, está dedicado al vínculo de Lucía con su padre biológico, cuya relación "no ha funcionado ni funcionará", en palabras de la joven de 24 años. Todo comenzó cuando W. (inicial de esta desconocida figura) hizo saber a la intérprete que estaba dispuesto a conocer a su hija en común. Blanca, tras consultar a su hija, llegó a un acuerdo con él y dejó que se quedara "un par de días en casa" antes de cogiera el avión de vuelta a Alemania. ¡
Tras la euforia inicial de Lucia, que estaba deseando conocerle y pasar tiempo con él, y planes en los que se comunicaban por señas porque él solo hablaba en inglés, W. le mostró su peor cara. Al asistir a una de las grabaciones de Blanca se generó una situación que cambió el rumbo de la visita y la imagen que tenía de su progenitor. "Él ya llevaba varios chupitos y entonces le llamé para decirle algo. No me hacía caso e insistí. '¡¡Cállate!!', me gritó". La tensión fue tal que Romero le dio las llaves para que regresara al inmueble por su cuenta.
Tres meses después de esta visita, y tras haber desmitificado a quien había llegado a definir como su "superhéroe", Lucía escuchó como su madre hablaba con un abogado sobre un burofax. ¿La razón? "Mi padre no había venido a conocerme. El villano había venido a extorsionar a mi madre y a pedirle dinero a cambio de unos vídeos de cuando era una niña y mantenían relaciones sexuales", descubría Lucía, que terminaba este episodio agradeciendo a su madre que le protegiera del "villano".