Joaquín Torres, figura destacada en el mundo de la arquitectura, ha relatado en una entrevista para el videopodcast 'No es para tanto', presentado por Cisco García y Raquel Rostro, el sufrimiento que le generó negar su propia homosexualidad y tratar de llevar una vida imposible al lado de una mujer.
Tenía 17 años cuando conoció a Mercedes Rodríguez, su primera novia: “La conocí en la Universidad, estuvimos siete años de novios, con fecha de boda puesta… y me dejó por otro”. Torres quiso aprovechar esta dolorosa ruptura para aceptar de una vez por todas su identidad: “Me tuve que obligar a aceptarme. Me paso siete años de mi vida tratando de aceptar mi homosexualidad, y yo lo odiaba. Odiaba el ambiente gay, cada vez que me acostaba con alguien vomitaba”.
Mercedes regresaría a su vida siete años después de haberlo dejado y, antes de retomar el noviazgo que mantenían en su juventud, el catalán quiso ser “completamente honesto” con la pintora. Le hizo saber que llevaba ese tiempo tratando de aceptar su sexualidad, pero que estaba dispuesto a intentarlo con ella porque en un momento dado había funcionado: “Le dije que iba a ser muy difícil y le puse la condición de no tener hijos”.
Un requisito que no se cumplió, pues de este matrimonio nacerían dos niños, Álvaro y Manuel, a quienes tuvo que contar su realidad en una difícil charla. “Fue lo más difícil en mi vida. Yo tenía terror de decirle a mis hijos: ‘Papá es homosexual’. Ellos eran muy pequeños. Ten en cuenta que cuando me separo Álvaro tenía 7 años y Manuel 2”, apuntaba Joaquín, que recordaba que aprovechó que su primogénito había escuchado algo en la escuela para reunirse con él.
“Álvaro me lo hizo muy fácil porque, con ocho años, decía que tenía un gran secreto que le habían dicho en el colegio y que ocultaba. Entonces me enteré y tuve una conversación con él, y le dije: ‘Sé que te han dicho que papá tiene un gran secreto, pero no tengo ningún secreto y menos para ti. Pero no he hablado de esto contigo porque no sabía si lo ibas a entender. A papá le gustan los hombres. Dejé a mamá y ahora estoy enamorado de un hombre", le hizo saber la realidad.
La respuesta que recibió del niño fue sumamente alentadora. "Me dijo: ‘Papá, no me importa nada, yo lo que quiero es que seas feliz”, compartía el arquitecto, orgulloso, su reacción. De hecho, Álvaro, en el enlace de su padre con Raúl Prieto, celebró en su discurso que su progenitor haya encontrado la felicidad al lado de otro hombre: "Hay mucha gente que se cree que no quiero esa boda, y yo me siento feliz porque lo veo feliz”.