En febrero de este año tuvo lugar una de las imágenes más esperadas de la crónica social patria desde hace décadas. Por fin, a sus 54 años, Manuel Díaz 'El Cordobés' se reencontraba con su padre, Manuel Benítez, después de una vida de ausencia de su figura paterna, que llevó incluso a la judicialización del asunto. Los dos toreros culminaban así un proceso de acercamiento paulatino, en el que tuvo un destacado papel la mujer de Benítez. Díaz se ha sincerado ahora respecto a lo que ha aprendido, como padre, de todo lo vivido en este tiempo de distancia familiar, lecciones que ahora aplica a sus tres hijos.
Sobre la reunión se ha hablado largo y tendido por parte de los protagonistas. El torero realizó incluso una rueda de prensa para abordar todos los pormenores y detalles de la intrahistoria de dicha aproximación gradual entre padre e hijo. Y ha vuelto a retomar el tema en su primera entrevista en un plató de televisión desde entonces, que ha concedido al programa 'TardeAR'. Con Ana Rosa Quintana el diestro ha hablado de la relación ,
La presentadora ha querido saber si el hijo guarda algún tipo de rencor al padre debido a los años de desinterés y distancia. "Me ha ayudado tanto que no se lo podría agradecer en tres vidas", se ha sincerado él con respecto a la lucha que ha mantenido durante todo este tiempo y que le ha hecho ser mejor persona, no tener rencor y a aceptar.
Pero Manuel también se ha pronunciado, como puedes ver en el vídeo anterior, sobre el aprendizaje que ha adquirido en estas décadas de falta de figura paterna. Porque lo vivido, según su testimonio, ha tenido también un impacto directo en su forma de vivir y ejercer la paternidad respecto de sus tres hijos, Alba, fruto de su matrimonio con Vicky Martín Berrocal, y Manu y Triana, a quienes tuvo junto a su segunda mujer, Virginia Troconis, con quien lleva dos décadas de relación.
"Supongo que esa ausencia ha hecho que tú seas mejor padre", le ha planteado la periodista. Y Díaz ha profundizado al respecto "Ser padre es aprender en cada segundo algo nuevo. Yo soy muy blando, soy un padre blandísimo. De hecho Virginia es la que se encarga en casa de llevarnos a todos rectos […] Conmigo hacen lo que quieren, saben que, si mamá dice que no, 'pues voy a preguntarle a papá', ha admitido entre risas.